[Serge]. Novela de Abel Hermant (1862-1950), publicada en París en 1892. En este sutil ensayo de análisis psicológico a la manera de Bourget, que representa para el autor solamente una experiencia en el camino de la conquista de su personal forma expresiva, sigue, con indefectible y escrutadora limpidez de mirada, el juego de los tenues hilos que se trenzan atando los destinos de una mujer y de dos hombres. Entre Alina Herbelin, de dieciséis años, y Sergio de Menasieux, que cuenta un año más que ella, y sobre el fondo de la campiña donde pasan sus vacaciones estivales, florece el idilio, en forma elemental e instintiva, suscitado por la admiración de la gracia física. Entre juegos y paseos, se remontan, aunque de modo pueril e inocente, hasta el umbral de la sensualidad.
Allí se detienen y se inmovilizan en una posición ante todo estética, merced a la sugestión de un huésped, el marqués Luis de Gravilliers, joven elegante e intelectual, libre, no obstante, de todo refinamiento psicológico, que se ata afectivamente a ambos y los contempla con mirada de artista. Cuando parte Sergio, en la muchacha, que ya agotó sus escasas posibilidades afectivas respecto a él, se despierta la pequeña parisiense, rebosante de coquetería, destinada a la atrofia del corazón y a la insensibilidad física. Luis queda prendido en sus redes y se casa con ella, si bien turbado por un vago remordimiento, ya sea porque piensa en Sergio, ya porque siente que su amor nació más de la casualidad que de una afinidad íntima. En este momento la novela se convierte en la historia de tres sufrimientos. Pueril y profundo es el de Sergio, que alcanza nuevas tonalidades a medida que se desarrolla: apoyado siempre en una honestidad básica, pasa de la ignorancia a la conciencia, a través de los celos y de la lucha a la renuncia y a la desesperación, que culmina en un intento de suicidio; después, torna a la esperanza, para perderse finalmente en la nada. Luis siente en la mujer tan sólo el amor vulgar de la mujer por el hombre que le aporta el lujo, y se ofende por ello; pero no sabe resistir la fascinación malsana de ella, a la vez que siente angustia por Sergio, al que aprecia verdaderamente. Alina, insatisfecha, pasa del mutismo a la agitación febril y llega al borde de un frío adulterio para comprender finalmente la verdadera naturaleza de los sentimientos que la ligan a Sergio.
Decide rehacer con él su vida, y entretanto, sugestionada por esta nueva sensibilidad, se va acercando de nuevo a su esposo, al que la ata definitivamente la maternidad. El estilo de Hermant, pulcro, brillante y preciso, acompaña con mucha inteligencia, pero con el frío despego del científico, la anatomía de estas complejas sensibilidades: la novela es característica de la transición del naturalismo a un intimismo psicológico que ya se anuncia a fines del pasado siglo.
E. C. Valla