[Souvenirs d’une parisienne]. Bajo este título están reunidos tres libros de memorias de Judith Gautier (1846-1917): Le collier des jours ou Souvenirs de ma vie (1902), Le second rang du collier ou Souvenirs littéraires (1903) y Le troisiéme rang du collier (1909).
El primero, que trata particularmente de recuerdos de infancia, explica la formación intelectual de la autora, hija de Théophile Gautier. Judith, llamada «Huracán» por su carácter impetuoso, nos narra su primera infancia pasada en parte junto a su nodriza, en un ambiente pobre pero cálido de afectos, en parte junto a su abuelo y sus tías paternas en los suburbios de París y en parte en un colegio de monjas, de donde su padre la sacó finalmente para llevarla a su verdadera familia. Crecida en un ambiente desordenado, recibió una educación completamente fantástica: su madre quería hacer de ella una bailarina, su padre le permitía leer cuanto caía entre sus manos. Su inteligencia vivísima asimilaba muy pronto los temas más distintos, profundizando especialmente en astronomía, música e idioma chino.
El conocimiento de los escritores más ilustres de la época, íntimos de Gautier, como Baudelaire, Flaubert, Dumas hijo, contribuyó a la formación del gusto de Judith, ya por naturaleza inclinada a la literatura. El segundo volumen hace revivir ante nuestros ojos toda una época importantísima de la historia literaria francesa; aparte de muchas anécdotas y episodios de la vida de su padre y algunas páginas inéditas, la autora nos presenta con juvenil entusiasmo las personalidades más destacadas de la vida intelectual, política y artística de la Francia del Segundo Imperio: Gustave Doré, el pintor Puvis de Chavanne, Théodore de Banville, José María de Heredia, Alexandre Dumas padre, la familia de Víctor Hugo, la amiga de Baudelaire, madame Sabatier, etc. Después de la borrascosa representación de Tannháuser (v.), Judith Gautier hizo amistad con el gran maestro alemán.
El tercer volumen está completamente dedicado a una visita que hizo la autora a Tribschen, sobre el lago de los Cuatro Cantones, donde Wagner permanecía entonces con Cosima von Bülow. Los tres volúmenes constituyen un conmovedor viaje a través del tiempo. La vida cotidiana cristaliza en el recuerdo, y el arte se precisa al narrar lo que vivió, disfrutó y sufrió, con riqueza de detalles y episodios.
L. Giacometti