Novela del escritor español Ricardo León (1877-1943), escrita en el año 1912. En una hermosa ciudad andaluza viven dos hermanos, Carmen y Jorge de Acuña, a quienes la pobreza y el humilde trabajo acompañan. Por su mal conocen a un rico indiano, gran amigo de diversiones, César Carvajal, que toma por secretario al mozo — aprendiz de poeta y de periodista, ávido de buena vida con poco sacrificio para merecerla—, y se obstina en casarse con la doncella, maestra y discreta, honrada y buena. Cede ella, después de lucha para rechazar al potentado vicioso, y su boda es, como recelaba, un atroz fracaso. Muchas páginas nos enseñan, con relato ameno y documentado, la vida de un montón de criaturas entregadas a la licencia y a la farsa con tal de conseguir provecho que alimente su podredumbre. Jorge y Carmen, cada uno por su estilo, y aunque él culpable y ella no, sufren las consecuencias amargas de su encuentro con el indiano. Y la vida de los hermanos se deshace, buscando cada uno el camino que mejor se acomoda a su naturaleza y moral. Cuando la fortuna de César se derrumba, y todos aquellos que comieron y bebieron a su costa le abandonan y es llegada la hora de la muerte, Carmen aparece junto al lecho del esposo, perdonándole y llevándole el divino consuelo de la única Presencia que basta al alma para ser dichosa. El autor, como siempre, juega con sus personajes diestramente a fin de que el lector los sienta palpitar junto a él, víctimas de un destino miserable, el de la carne, y buscadores de la suprema luz que todo lo limpia con su contacto.
C. Conde