Drama popular en tres actos del comediógrafo catalán (1847-1897), estrenado en 1892. Concebido y visto con ojos de artista sobre el fondo pintoresco de un cuadro de costumbres aragonesas, hace converger en su acción, que se desarrolla entre gente rústica de una región española famosa por la brutal sinceridad de sus nobles pasiones, un impetuoso torrente de pasión y de vida. La escena tiene lugar en un pueblo aragonés. La Dolores es una bellísima «moza de posada», que ha tenido hace tiempo un amante, el barbero Melchor, fanfarrón, bravucón y buen guitarrista. Muchos se han enamorado de Dolores, entre ellos Celemín, el sargento Hojas y Lázaro, un huérfano que estudia en el seminario.
Primero los rechazó a todos, pero, por fin, acabó correspondiendo seriamente a las demostraciones de amor del seminarista. Dándose cuenta de ello, Melchor trata de reconquistar a la amante de un tiempo y le propone huir juntos, pero ella le rechaza. Irritado por la repulsa, el barbero guitarrista se venga lanzando su cartel ultrajante de desafío: una copla que se ha hecho popular: «Si vas a Calatayud / pregunta por la Dolores / que es una chica muy guapa / y amiga de hacer favores». Lázaro lava con sangre el ultraje, matando al barbero. Lo que más resalta en esta tragedia regional son los caracteres étnicos. Las raíces del drama han de buscarse ya en la literatura ‘de los «Romances» primitivos y de la novela picaresca, ya en el teatro clásico (v. El alcalde de Zalamea), así como también en el teatro moderno (los viejos «sainetes» de Ramón de la Cruz y el teatro de Bretón de los Herreros). De este famoso drama se sacó un libreto de ópera puesto en música por el maestro Tomás Bretón.
C. Boselli