[Das Kernerhaus und seine Gaste]. Memorias de Theobald Kerner (1817-1907), hijo del conocido romántico, jefe de la llamada «Escuela sueva», publicadas en 1894. Tratan precisamente de la vida doméstica de Justinus, padre del autor, cuya rica y hospitalaria casa de Weinsberg fue frecuentemente lugar de cita de los poetas y los hombres representativos de la época. A través de la afectuosa mirada del hijo se exhibe el cuadro de la vida burguesa de aquel tiempo, si bien el interés del hijo se incline más bien por la exterioridad romántica de los acontecimientos que por el análisis del espíritu paterno. Vemos desfilar anecdóticamente muy diversos personajes: un sepulturero, cochero del médico, un aventurero artesano llamado Hildt, mayordomos, propietarios de viñedos, estudiantes, oficiales, revolucionarios rusos y prófugos polacos, turistas escoceses en peregrinación con las cenizas de la esposa muerta e incinerada durante el viaje, Uhland y Mórike, David Strauss, príncipes reinantes… Una gran parte del libro — como es sabido, Justinus Kerner fue un celebrado médico que estudió las enfermedades nerviosas y los fenómenos hipnóticos y ocultistas — está consagrada a los huéspedes enfermos de los nervios y a narrar historias de fantasmas, en las cuales va de la interpretación jocosa a la tentativa de una explicación científica. Reina una atmósfera de bienestar tradicional, de plácida vida provinciana, de espíritu humanitario, de ingenua jovialidad y de afectuosa familiaridad, todo envuelto en un patriotismo hondamente local. La proximidad de las imágenes, la falta de pretensiones literarias, el candor y la serenidad de estos recuerdos familiares, llenos de afecto filial, hacen de la obra un libro fresco y simpático; es una serie de pequeños cuadros burgueses de vida romántica, vistos por un romántico en el cual se dan las dudas de un hombre de la época.
W. Sznarbachowski