Huérfana y pobre, Jane Eyre consigue, tras años de sufrimiento, hacerse maestra. Es aceptada como institutriz de una niña, la hija natural del señor Rochester, un hombre melancólico y sardónico. Fascinado por la vitalidad y el coraje de la muchacha, Rochester se enamora de ella, siendo correspondido. Pero, en el último momento, el casamiento se ve impedido por la revelación de que la mujer de Rochester, una pobre demente encerrada en la casa, sigue todavía viva.
Jane huye. Recogida por el reverendo John Rivers, se dispone a casarse con él y a acompañarlo a la India. Pero una noche tiene la impresión de que Rochester la llama. Marcha en su busca, y se entera de que la casa ha ardido y de que Rochester, en el vano intento de salvar a su mujer, ha perdido la vista. Jane consigue encontrarlo y se casa con él, devolviéndolo a la vida.