Mientras se encuentra en el extranjero, John Harmon tiene noticia de que ha heredado una importante suma de su emprendedor padre, pero con la condición de que se case con Bella Wilfer, una mujer que le es desconocida. En el barco que lo trae a la patria, confía a un oficial de a bordo su intención de adoptar una falsa identidad para conocer a su esposa. El oficial, atrayéndolo a una choza a orillas del Támesis, intenta asesinarle con objeto de robarle, pero termina muerto; su cadáver, rescatado de las aguas del río, es identificado como el de Harmon. Éste se aprovecha de ello para realizar su plan, y adoptando el nombre de Rokesmith consigue hacerse con el puesto de secretario de mister Boffin, ex encargado de las finanzas de su padre, el cual ha recibido toda la herencia del anciano Harmon al difundirse la falsa noticia de la muerte de John. Rokesmith conoce a Bella, que es hija adoptiva de Boffin: se trata de una muchacha frívola, pero enormemente atractiva, y él no tarda en enamorarse de ella. Los Boffin, que entretanto han descubierto la verdadera identidad de Rokesmith, deciden poner a prueba a Bella: dando muestras de una falsa dureza de corazón y una avaricia que están muy lejos de su verdadera naturaleza, echan de casa al joven. Bella abre los ojos: comprende cuánto daño pueden causar las riquezas y cuán rico en méritos es su cortejador: se reúne con él y se casan. La sombría atmósfera de la novela, dominada por culpas y crímenes cometidos por dinero, se ve acentuada por la historia, que se entrelaza con la de Harmon desde un principio, del joven abogado Eugene Wrayburn, que se enamora de Lizzy Hexam, hija de un individuo que tiene por oficio repescar del Támesis cadáveres y restos de naufragios. También Eugene es víctima de un salvaje intento de asesinato, por obra de un rival suyo en amores. Es Lizzy quien salva a Eugene casi mortalmente herido. Poco después los dos jóvenes se casan y se van a vivir a casa de Harmon y de Bella.