Es un breve poema publicado en Milán en 1842. Obtuvo un gran éxito, especialmente entre los jóvenes, aunque también suscitó viva oposición. César Correnti, halló en cierta ocasión a Carlos Tenca y, hablando sobre Prati, dijo: «Habemus pontificem». A lo que Tenca respondió, con razón: «Ni por sombra», después de lo cual arremetió contra Prati en un diario de moda. Arrigo, inglés acaudalado, encuentra un día en el campo, a orillas del Tagliamento, una bellísima muchacha, Edmenegarda, con la que se casa a pesar de ser de una familia bastante modesta. Del matrimonio, que vive feliz y espléndidamente en Venecia, nacen dos hijos.
Pero sobreviene la tentación: Edmenegarda cede a las proposiciones de un moreno y ardiente joven veneciano, llamado Leoni; y ello dura hasta que un día uno de los hijos descubre al marido el pecado. Arrigo expulsa de casa a su esposa, que se marcha con Leoni. Pero el lujo, las diversiones y los viajes por Italia no le devuelven la paz. Cuando Leoni se arruina en el juego y la deja sin recursos, ella vuelve junto a su marido pidiendo socorro, pero tan sólo obtiene dinero.
Arrigo vuelve a su patria con los dos hijos, temiendo que su compasión acabe por traicionarle. Abandonada por los hombres, Edmenegarda se refugia en Dios, único amigo verdadero, en quien encuentra salvación. El fin moral del libro es demostrar que a Dios se llega mediante el dolor aceptado con humildad. El poeta recoge un excesivo número de motivos románticos; pero conviene señalar que Prati se propuso también fines realistas, tratando de llevar a la poesía la fluidez de la prosa y la «realidad» moderna. Donde puede verse cuán diverso es lo que los hombres entienden por verdad y cuán inasible el objeto de los escritores realistas.
G. Piovene
…es una de las cosas mejores de Prati, y posee calor y emoción, pero la imagen, el sentimiento y la palabra, en lugar de unificarse aparecen como tres cosas distintas. (B. Croce)