[Contrerimes]. Con este título, según voluntad del autor, salió póstumo en 1921 el breve libro que recoge la obra poética de Paul-Jean Toulet (1867-1920). Colección dividida en varias partes: «Les Contrerimes» (70 composiciones, las más de las veces breves, que deben su nombre al hecho de estar escritas según el esquema ABBA); 14 «Chansons» de métrica variada; 12 «Dixains»; y 135 «Copies» («Agudezas»). Es fácil encontrar en esta lírica sumamente culta influencias clarísimas de toda la poesía francesa moderna: desde Baudelaire a Mallarmé, a Apollinaire y Moréas. Se percibe un finísimo arte poético que ha pasado por la experiencia simbolista y se esfuerza por contener (tomando ejemplo de estos modelos) las audacias modernas e incluso surrealistas en una elegante línea neoclásica. Toulet, como poeta, puede llamarse fragmentista, pero de los que en el fragmento ambicionan sugerir de una manera completa un momento psicológico o un estado de ánimo rigurosamente delimitado.
Es precisamente el sentido de la fugacidad de los instantes de nuestra vida y el esfuerzo para fijarlos en la lúcida perfección de la forma, el sentimiento inspirador de la mayor parte de estos versos, en los cuales no es difícil percibir un sensualismo de tipo estético a lo Pierre Louys, si bien purificado de toda complacencia morbosa. Es, pues, esta pequeña colección de poesías una especie de «summa» de las tendencias más conocidas de la poesía francesa contemporánea colocada entre las extremadas tentativas del surrealismo y una especie de voluptuoso alejandrinismo, lo cual bastaría para explicar su éxito. Pero Toulet puso en ellas su punto de vista estrictamente personal: una ironía que deja adivinar la tristeza, pero que sabe resolver toda causticidad con una sonrisa elegante.
También en este caso el recuerdo de su maestro Apollinaire acude fácilmente a la memoria («Nane as-tu gardé souvenir / Du Pantheón / Place Courcelle»); pero encontramos una grácil firmeza, un colorido brillante y sobrio, un ritmo cortante, un fuego de rimas y de versos frívolo y severo verdaderamente característico que le hermanan tal vez con el Banville de las Odas funambulescas (v.): un Banville más sufrido y menos superficial. Como poeta de su época, Toulet se permite picantes mixtificaciones, rarezas más o menos comprensibles y desconcertantes juegos («Deux vrais amis vivaient au Monomotapa / … Jusqu’au jour oü l’un vint voir l’autre et le tapa»); pero lo mejor de su inspiración reside en una melancolía igualmente dispuesta a rozar lo trágico como a resolverse en sonrientes hallazgos imaginativos.
M. Bonfantini