[Cantare di Patroclo e Insidoria]. Pequeño poema anónimo en octavas, de los primeros decenios del siglo XV. La fábula narra un trágico suceso de amor que se desarrolló en el ambiente de la guerra de Troya y precisamente en Micenas donde Menelao (v.) reúne a los jefes griegos para vengar la afrenta de Paris (v.). Insidoria, hermana de la bella Elena (v.), llega al palacio de Agamenón (v.) junto con sus hermanos Cástor y Pólux, se enamora del joven Patroclo y completamente aturdida por el nuevo sentimiento que ha turbado su casta juventud, dedicada hasta entonces a Diana, llora apartada en su habitación. Pero con la ayuda complaciente de un compañero de juegos, Alfeo, la muchacha se entera de que el joven héroe comparte su amor, y se encuentran varias veces hasta que la flota zarpa hacia Troya. Llenos de tristeza se separan y desde lo alto de la torre la dulce Insidoria ve alejarse la nave que lleva a su amado. Espera triste y resignada su vuelta. Pero un día llega la triste noticia de su muerte y ella, que no puede soportar tanto dolor, se hunde en el pecho una espada. Hay en este poema muchas reminiscencias de Boccaccio, especialmente del Filostrato (v.) y otras clásicas: Insidoria en el momento de matarse nos recuerda a Dido (v.). Pero si el poeta demuestra incluso haber atesorado cultura, por otra parte ha refundido con arte el asunto tradicional. Patroclo resulta algo descolorido y no bien delineado, pero en compensación Insidoria es una criatura viva, llena de lozanía y dé sentimiento, toda ardiente de pasión; y no faltan de tarde en tarde hermosos versos fuertes y expresivos.
C. Cremonesi