[Chudoznyk]. Largo relato autobiográfico de Taras Sevcenko (1814-1861) escrito en la fortaleza de Novopetrovsk, donde el gran pintor y poeta ucraniano fue confinado por las autoridades rusas. Fue impreso por primera vez y póstumo en 1888 en Kiev. El autor nos describe el período de su vida, entre 1837 y 1843, cuando Sevcenko vivía en San Petersburgo, apenas librado de la esclavitud y en seguida introducido en el mejor ambiente artístico y literario de la capital imperial. Esta obra, además de su valor intrínseco, interesa sobre todo como una de las mejores claves para comprender el estado de ánimo del poeta en ese importante período de su vida. En el Artista encontramos buenos retratos psicológicos de amigos y conocidos del autor, que incluso figuran bajo su verdadero nombre: Briulov, gran pintor, maestro del autor; Zukovsky, el poeta ruso más conocido de la época, cuyo retrato, hecho por Briulov y sorteado, había procurado el dinero necesario para el rescate del poeta, nacido siervo de gleba; el pintor ucraniano Sosenko que había sido el primero en «descubrir» el ingenio de Sevcenko; el poeta ucraniano Hrebinka, el conocido compositor Glinka y muchos otros pasan por este relato, como si estuviesen vivos, delante del lector. El final del relato, la locura y la muerte del artista a consecuencia de un matrimonio desgraciado, fue añadido por necesidad literaria e inspirado por un encuentro del autor durante su confinamiento en Novopetrovsk.
La obra está dominada sobre todo por el sentido dramático de la fortuna adversa, que puede sofocar un gran talento. Esta idea, por otra parte, correspondía a las tendencias literarias románticas, que buscaban siempre contraponer el héroe a su ambiente. La composición del relato es complicada y original. La vida del héroe (es decir, del mismo Sevcenko), hasta el momento del rescate, es narrada por su amigo y mecenas Sosenko. La continuación es presentada por las cartas de Sosenko que narra la vida total y verdadera del artista. La parte inventada, es decir, el matrimonio desgraciado, la locura, etc., aparece en cambio en la correspondencia de Michajliv, otro amigo del poeta. El Artista es la mejor obra de Sevcenko en prosa y hubiera podido tener gran influencia entre sus contemporáneos, pero fue impresa demasiado tarde. Sus contemporáneos no conocieron a Sevcenko prosista, sino al poeta y pintor. Existe una buena traducción alemana impresa en 1912 en Leipzig.
E. Onatskyi