[Amours]. Sin duda la más famosa recopilación de poesías de Pierre de Ronsard (1524-1585), publicada en 1552 (junto con el libro de las Odas, v.). El poeta canta a la bella Casandra Salviati con acentos que recuerdan a propósito a la Laura (v.) petrarquesca. Si el poeta había sido el tercero, cronológicamente, en tomar por modelo, en Francia, el Cancionero (v.) — después de la Oliva (v.) de Du Bellay y los Errores de amor de Pontus de Tyard — la originalidad de la inspiración le aproxima al modelo por la delicadeza del mundo espiritual y por la finura del estilo. Notable, en el aspecto métrico, es la nueva técnica del soneto que, derivado de Marot (alrededor de 1496-1544), Ronsard eleva a un punto de perfección regular y estable, haciendo francesa esta forma métrica que según los modelos de los petrarquistas italianos era considerada irregular. La famosa cancioncilla que, dedicada a Casandra, dio tanto éxito al poeta, «Linda, vayamos a ver si la rosa» («Mignonne, allons voir si la rose…»), fue añadida, con tres odas más, en la nueva edición de los Amores, comentada por Marc-Ahtoine Muret en 1553. Otra parte de la recopilación, constituida por la «Continuación de los amores» [«Continuation des Amours»] de 1555 y por una «Nueva continuación» [«Nouvelle continuation»] de 1556, es menos literaria y más tiernamente apasionada en los motivos poéticos: el amor de una sencilla muchacha, María Dupin, inspira nuevas poesías, todas bellas por sentimiento de naturaleza y suavidad de afecto. En esta nueva parte son famosos el «Soneto al Ruiseñor» y la «Oda al Espino albar». Las partes de la recopilación fueron más tarde diferenciadas con los nombres de «Amores de Casandra» [«Amours de Cassandre»] y «Amores de María» [«Amours de Marie»].
C. Cordié