William Wordsworth

Nació el 7 de abril de 1770 en Cockermouth, en la montañosa región lacustre de Cumberland, y murió en Rydal Mount (Westmorland) el 23 de abril de 1850. De la existencia de Wordsworth quedaron en su obra, el ambiente de los paisajes de la infancia y, posteriormente, la huella de las crisis morales consecuencia de una delicada sensibilidad estimulada violentamente por los acontecimientos de una época de tran­sición. Era el segundo hijo de una familia burguesa, y perdió a la madre en 1778, el mismo año de su ingreso en la antigua «escuela de gramática» de Hawkshead. Re­presentó un nuevo golpe en su ya cerrado temperamento la muerte del padre, en 1783, infortunio que no fue, empero, el último de su torturada existencia. Hubo de vivir en­tonces años difíciles en Penrith, junto a sus abuelos, gente mezquina y de limitados ho­rizontes.

El estudio no consiguió ser un desahogo para su tristeza; en el «St. John College» de Cambridge rindió poco, y ter­minó sus cursos normales con la graduación en Jurisprudencia (1791) sin revelar sus mé­ritos futuros. En esta época aproximada­mente, hacia los veinte años, arraigó en su espíritu el amor a la poesía; algunas de las obras juveniles de Wordsworth, en efecto, llevan la fecha de 1786. Él mismo escribió: «Era toda­vía estudiante cuando compuse una extensa poesía que trataba de mis aventuras y tenía por fondo la región donde vivía». Tal com­posición contenía ya en germen imágenes e ideas que aparecerían de nuevo más tarde, moduladas por la serenidad de la madurez. Iniciáronse entonces los numerosos viajes del poeta, quien, luego de una breve per­manencia en Londres, estuvo en Francia (1790), en los Alpes y en Italia; vuelto al territorio francés (1791), quedóse en él un año, estancia que fue, posiblemente, la más importante de sus experiencias.

Estallada ya la Revolución, se vio envuelto por com­pleto en ella; en Orléans conoció al capitán Michel Beaupuy, bajo cuya influencia se unió a los girondinos. Racionalista conven­cido, no temió ni los días más horribles del Terror; no obstante, cuando advirtió que las intenciones de Francia eran, en el fondo, más bien ofensivas que defensivas, convir­tióse en resuelto reaccionario, tras una crisis que hizo más agitada un desgraciado amor. Enamorado de una muchacha de Blois, Annette Vallon, tuvo de ella una hija en 1792; sin embargo, diversos motivos le disuadieron del matrimonio. Bloqueado lue­go en Inglaterra por la contienda de 1793, vio transformada en perpetua obsesión la imagen de la joven abandonada. El episodio se halla parcialmente reflejado en Vaudracour and Julia, obra compuesta en 1805. El drama Los fronterizos (1795, v.) se refiere a la experiencia política del autor.

Después de unos años tan densos Wordsworth refugióse de nuevo en la placidez de la región de los lagos, junto a su hermana Dorothy, valiosa y comprensiva confidente suya. La residen­cia de Raeedown (Dorset), que pudo adqui­rir gracias a un legado de novecientas libras esterlinas que el amigo Raisley Calvert le dejara, fue el lugar de su pacificación moral y de su ascensión poética. Mientras tanto, había conocido, en Bristol (1795), al poeta S. T. Coleridge (v.), quien le reveló los principios más importantes de la filosofía alemana; con él escribió las Baladas líricas (1798, v.), precedidas por una introducción y en las cuales aparece ya definitivamente fijado su ideal poético. De Racedown, Wordsworth y su hermana se trasladaron a las Quantock Hills, en Somersetshire, no lejos de la re­sidencia de Coleridge; después marcharon a Grasmere (Cumberland), y, finalmente, a Rydal Mount, cual en un retorno a los orí­genes. En 1802 el poeta contrajo matrimonio con Mary Hutchinson.

Luego de otros viajes por Alemania, Suiza, Italia (1820 y 1837) y Bélgica, su actitud política se hizo rígi­da, y pasó de la posición radical juvenil a otra francamente conservadora, que influiría en su producción poética. La composición de mayores empeños, El preludio (1805, v.), que es también una de las más conocidas del autor y el inicio de un vasto poema ideado por éste acerca del hombre, la naturaleza y la sociedad, acusa ya, siquiera parcial­mente, cierta pesadez en la inspiración de Wordsworth. A la lenta extinción progresiva de ésta pudieron haber contribuido la agitada exis­tencia del poeta, las desventuras familiares, como la muerte de dos hijos (1812) y la posterior locura (1835) de su hermana Do­rothy, y la envidiosa hostilidad de la crítica oficial. Otro grave contratiempo fue la rup­tura de la amistad con Coleridge (1810).

Hasta después de 1820 no obtuvo un pleno reconocimiento la poesía de Wordsworth, quien tras la muerte de Southey (v.), en 1843, recibió el título de poeta laureado. Junto a Cole­ridge, introdujo en la literatura inglesa un hálito netamente romántico; el prólogo a las Lyrical Ballads, en efecto, es considerado el manifiesto del romanticismo inglés. Wordsworth or­denó su producción lírica de una manera más bien rígida y algo pedante. Además de las obras ya mencionadas cabe recordar Poesías dedicadas a la independencia y a la libertad nacionales [Poems dedicated to Na­tional Independence and Liberty, v. Poesías], Bosquejos descriptivos, en verso (1793, v.), La excursión (v.), parte central del poema incompleto El recluso [The Recluse, 1802- 1813], Acerca de la convención de Cintra (1808, v.), Descripción del escenario de los lagos del norte de Inglaterra (1810, v.) y Peter Bell, cuento en verso (1819, v.).

R. Sanesi