William Ellery Channing

Nació en Newport (Rhode Island, Nueva Inglaterra) el 7 de abril de 1780 y murió en Bennington (Vermont) el 2 de octubre de 1842. Sus proge­nitores, sobre todo la madre, cuidaron de su formación moral, basada en estrictos prin­cipios de carácter puritano.

En 1792, el mu-< chacho fue confiado a su tío, el reverendo H. Ch.; en New London, tuvo el joven una crisis de fervor religioso, a la que se atri­buye una importancia decisiva en la orientación de su vida.

En 1794 ingresa en la Harvard University, donde se entrega con singular interés al estudio de los clásicos, la psicología y la ética y es influido por la lectura de Price, Hutcheson y Ferguson. A Cambridge, sede de aquel centro universi­tario, volvió en 1802, como miembro de él; al año siguiente es nombrado pastor de la iglesia congregacionalista de Boston.

Su po­sición teológica se precisó algún tiempo después, cuando, declarando no haber sido jamás trinitario, en torno a 1815 se orien­taba hacia el unitarismo, y en 1820, con su Moral Argument against Calvinism, tex­to precedido en 1819 por el sermón de Bal­timore, criticaría los principios ortodoxos trinitarios.

A pesar de ello, nunca fue un verdadero unitario. En otro sermón, pro­nunciado en la toma de posesión del reve­rendo M. J. Motte, afirma: «Deseo consi­derarme no perteneciente a una secta, sino a una comunidad de espíritus libres, aman­tes de la verdad y seguidores de Cristo».

Este amor a la libertad, al que no resultaba ajena la experiencia juvenil provocada por el desencadenamiento de la insurrección americana, encauzó su interés hacia los pro­blemas sociales y económicos; de esta suer­te, luchó contra la esclavitud y proyectó reformas de tipo social inspiradas en una profunda confianza en los valores morales y la razón humana.

En 1822, obtenido el doctorado en la Harvard University, realizó un viaje a Europa, donde entabló relación con Wordsworth y Coleridge. Al regreso, y sin abandonar sus actividades literarias, rea­nudó el ejercicio de su ministerio, al que se dedicó hasta su fallecimiento, ocurrido en el transcurso de un viaje.

Entre las obras de este último período cabe citar Remarles on National Liberature (1823), The Christian Examiner (1826, v. El examinador cris­tiano), Remarks 071 the Life and Character of Napoleon B. (1828), Remarks on the Character and Writings of J. Milton (1828), Thoughts on the Evils of a Spirit of Conquest and of Slavery (1837, v. Pensamien­tos sobre los males del espíritu de con­quista…) y Duty of the Free States (1842, v. El deber de los Estados libres).

M. L. Stringa