Nació y murió en lugares y fechas inciertos. Es el primer maestro gnóstico que, según reconoce explícitamente Ireneo, se distinguió en la historia de la secta por la originalidad y la fecundidad de su pensamiento y la eficacia estimulante de la enseñanza. Sus admiradores le consideraban discípulo de cierto Teodas, que habría conocido a San Pablo; sin embargo, tal relación aparece cronológicamente insostenible. Otros, con escaso éxito, han pretendido, en cambio, identificar a Teodas con el gnóstico Toedoto, de quien poseemos algunos fragmentos llegados a través de Clemente de Alejandría. De acuerdo con Epifanio, V. debió de nacer en la costa del Bajo Egipto, y recibió en Alejandría una formación griega.
Ireneo dice que llegó a Roma durante el pontificado de Higinio, floreció en el de Pío, y permaneció allí hasta la época de Aniceto (135-160, aprox.). Tartuliano atribuye su apostasía a su postergación en favor de un competidor en la concesión de una sede episcopal. Según Epifanio, desde Roma pasó a Chipre, y no rompió con la iglesia hasta que se encontró en esta isla. Ireneo, empero, afirma que ya en la Ciudad Eterna profesaba sus doctrinas. Varios críticos han emprendido una reconstitución esquemática, pero rigurosa, del sistema valentiniano fundamentada en los escasos fragmentos actualmente disponibles y en la presentación polémica de los antiguos heresiólogos. Debemos atender ahora la publicación completa de los numerosos textos gnósticos en copto encontrados en 1952 y alguno de los cuales parece remontarse a V. o a su escuela.
F. Lo Bue