Nació en Hořiněves, cerca de Hradec Králové, el 10 de junio de 1791, y m. en Praga el 12 de enero de 1861. Estudió eslavística en esta última ciudad bajo la guía de Dobrovsky, y en Viena junto a Kopitar. Conservador de las colecciones del Museo Checo y luego bibliotecario, mantuvo animadas relaciones con escritores y eruditos de los restantes países eslavos, y fue a lo largo de toda su vida un apasionado admirador de Rusia; tan mezquina resultó su rusofilia que en 1834 le indujo a denunciar al poeta Čelakovský por una alusión contra el zar hecha por aquél en Pražské noviny. H. es famoso no tanto a causa de las canciones (Písně, 1819) o de los trabajos lexicográficos como por la célebre falsificación de los manuscritos del antiguo idioma checo llevada a cabo con los poetas Josef Linda (1789-1834) y Václav Alois Svoboda (1791-1849), y posiblemente en connivencia con el filólogo Josef Jungmann.
El 16 de septiembre de 1817 fingió descubrir en una cripta de la catedral de Králové Dvůr doce hojas de pergamino cuyo contenido fue publicado en 1819 bajo el título Manuscrito de Králové Dvůr (v. Manuscritos de Králové Dvůr y de Zélená Hora); se trataba de ocho composiciones épicas sobre la prehistoria pagana, los torneos caballerescos y las gestas de los primitivos checos, así como de numerosas canciones de amor. En noviembre de 1819 el conde Kolovrat, burgrave de Praga, recibió para el Museo Nacional, entonces fundado, y como donativo anónimo, cuatro hojas, que H. se apresuró a fechar en el siglo IX y denominó Manuscrito de Zelená Hora. Actualmente se cree que nuestro autor debió de dar a todas estas composiciones el aspecto arcaico, con abundantes términos rusos y expresiones eslavo-eclesiásticas, y que a H. pertenecen también las poesías amorosas; se atribuyen a Linda, en cambio, las páginas épicas, las cuales presentan, efectivamente, varios puntos de contacto con su novela Aurora sobre el paganismo [Záře nad pohanstvem, 1818].
Una lectura atenta permite descubrir en tales falsificaciones una dicción próxima a las formas de Ossian, acusadas reminiscencias de la crónica de Hájek y huellas de Atala (v.), de Chateaubriand, que había sido traducida por Jungmann. Con su sistema mitológico y su visión poética las composiciones en cuestión influyeron en la poesía (Zeyer), la pintura (Mánes, Aleš), la escultura (Myslbek) y la música (Smetana, Fibich, Janáček).
A. M. Ripellino