Novelista y dramaturgo norteamericano n. en Madison (Vis- consin) el 17 de abril de 1897. Hijo de un diplomático, vivió su adolescencia en China, donde comenzó los estudios que luego proseguiría en su patria, desde 1914, hasta obtener la licenciatura de Letras en la Universidad de Yale, el año 1920. Poco después cursó las enseñanzas de la Academia americana de Roma y regresó a los Estados Unidos, en 1921, doctorándose en la Universidad de Chicago (1925), mientras actuaba como profesor de francés en una institución de Nueva Jersey (1921-1928). A partir de entonces se entrega a una intensa labor docente en las universidades de Chicago, Harvard y Handen (Connecticut), donde actualmente profesa.
Su carrera literaria la inició publicando La cábala (1926), obra narrativa que no despertó gran interés entre los lectores; por el contrario, su siguiente novela, titulada El puente de San Luis rey (1927), abrió las puertas de la fama a este gran escritor. En una etapa ulterior da a conocer sus novelas La mujer de Andros (1930) y El cielo es mi destino (1934), que suscitaron enconadas críticas, y escribe algunas obras cortas teatrales, entre las que destaca por su original trama y su intensidad dramática Una larga cena de Navidad (1931).Las decepciones que le acarrean sus novelas le inclinan, cada vez más, a cultivar la producción para el teatro, orientándose hacia una técnica revolucionaria de marcado acento surrealista. En 1938 presenta en Nueva York su primer gran drama, en tres actos, titulado Nuestra ciudad, con el que alcanza un extraordinario triunfo, éxito que se reprodujo sensacionalmente al traducirse a diversos idiomas y estrenarse en los principales teatros del mundo entero.
A esta obra, y dentro de la misma tónica, siguen El comerciante Yonkers (1939) y La familia Antropus (1942). Posteriormente se registran en la producción de este autor la novela Los idus de marzo (1948) y el drama La Alcestiada (1955). El alto valor reconocido a la creación novelística de Wilder queda ampliamente superado por la aceptación universal que merecieron las obras destinadas a la escena, con las que nuestro autor se erige en figura eminente entre los renovadores del teatro contemporáneo. Cuenta en su haber la conquista de tres Premios Pullitzer: el de 1928 (El puente de San Luis rey), en 1938 (Nuestra ciudad) y en 1942 (La familia Antropus). Asimismo, la Asociación de editores y libreros alemanes le distinguió con el Premio de la Paz en 1957.