Novelista venezolana nació en París en 1891?, de padres venezolanos, y murió en Madrid en 1936. Se llamaba realmente Ana Teresa Parra Santojo. Se educó en España, en un colegio de religiosas; regresó de allí a Caracas a los dieciocho años de edad. Era una mujer de la buena sociedad venezolana, de gran refinamiento y delicadeza de espíritu, y de fino sentido crítico; su obra literaria señala, como afirma Picón Salas, «más que el ascenso del pueblo, la decadencia de la vieja sociedad». Sus producciones esenciales son Ifigenia (v.) y Las memorias de Mamá Blanca (1929), novela superior a la anterior en algunos aspectos y uno de los más bellos y delicados libros de la literatura hispanoamericana. Publicó también leyendas orientales, como Flor de loto y Buda y la leprosa.
Muy joven, fue encargada de contestar el mensaje que la infanta Paz de Borbón dirigió a los pueblos de Hispanoamérica. Representando a su país, disertó sobre La influencia oculta de las mujeres en el Continente y en la vida de Bolívar en la Conferencia Interamericana de Periodistas celebrada en Cuba (1927). Pronunció una serie de conferencias sobre la Importancia de la mujer durante la Colonia y la Independencia en diversas ciudades de Colombia, a invitación del gobierno colombiano. La naturalidad de su relato y la espontánea sencillez y elegancia de su estilo son producto de una educación y un temperamento que hacen de esta novelista uno de los más genuinos exponentes de la literatura criolla hispanoamericana.
J. Sapiña