Político y orador cubano nació en La Habana en 1852, murió en 1933. Estudió Derecho en Madrid (España), fue vicepresidente de la Sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo madrileño y se distinguió en la tribuna de aquel centro como orador y conferenciante; también colaboró en la prensa española de la época. En La Habana se convirtió pronto en la figura central del Partido Autonomista y representó a su país en las Cortes españolas, donde tuvo ocasión de defender la causa de la autonomía de Cuba, convencido de que por evolución y de acuerdo con la metrópoli, podrían ser satisfechas las aspiraciones del pueblo cubano.
Secretario de Hacienda en el Gobierno autónomo (1878), representó después de la Independencia a su país como ministro plenipotenciario en Inglaterra y en Alemania, fue secretario de la Presidencia con Menocal y secretario de Estado con Zayas. Sus discursos rezuman sentido filosófico, y en tal sentido estuvo Montoro muy influido por Kant (v. Discursos, informes y disertaciones). Sin que dejara de preocuparle la forma — dice Juan J. Remos —, «Montoro hizo del pensamiento, de su fuerza, de su belleza, de su alcance y de su novedad el verdadero centro de interés en su técnica». El orador trató en sus discursos los más variados temas, desde Jorge Manrique a Alfredo de Musset y Curros Enríquez, del problema colonial al realismo en el arte dramático y del neokantismo al centenario de Colón, con gran seriedad y altura de miras.
J. Sapiña