Nació en Cosnac (Corréze) el 5 de junio de 1757, murió en Rueil (Seine-et-Oise) el 5 de mayo de 1808. Se dio a conocer por su precoz talento y por su amor a la poesía, pero en este campo sólo tuvo éxito en los salones.
El médico Dubreuil, a quien consultó durante una crisis de depresión, decidió su carrera: C. abandonó la Literatura pura definitivamente para consagrarse a la Medicina, y más tarde conciliará su gusto por las letras y por la filosofía con el conocimiento científico. Habiendo marchado en 1778 a París para estudiar Medicina (se licenció en esta facultad en 1783), fue admitido en el salón de Mme.
Helvétius, donde conoció a Condillac, D’Alembert, Diderot, D’Holbach, Condorcet, Destutt de Tracy y Franklin, sobre el cual escribió una Notice. Considerado como hijo adoptivo de madame Helvétius, acabó viviendo con ella, tributándole veneración y afecto. Fue partidario del movimiento revolucionario francés y amigo y médico de Mirabeau, a cuya muerte publicó el Journal de la maladie et de la mort de Honoré Gabriel Riquetti de Mirabeau (1791).
A la muerte de Condorcet, al que proporcionó el veneno con que había de suicidarse, recogió C. sus escritos y se casó con su cuñada Charlotte Grouchy. Después del 9 Termidor fue nombrado profesor de Higiene en París, en 1796 miembro del Instituto, en 1797 profesor de clínica en la École de Médecine; fue, en fin, miembro del Consejo de los Quinientos, como diputado del Sena.
Apoyó al Directorio, fue amigo de Sièyes y tomó parte en el golpe de estado del 18 Brumario. Bonaparte lo nombró senador. Ocho días después de su muerte, ocurrida a consecuencia de un ataque de apoplejía, fue trasladado su cuerpo al Panteón.
Sus obras esenciales se pueden dividir en tres grupos: historia de la Medicina; sobre la organización y preparación del cuerpo médico (Observations sur les hôpitaux, 1789), y, en fin, las de la filosofía de la Medicina, y especialmente sobre las relaciones entre lo físico y lo moral, que constituyen el grupo más importante. En Du degré de certitude en médecine (1797), C. rechazó las objeciones suscitadas contra la certidumbre de las doctrinas y la infalibilidad de los remedios; en Coup d’oeil sur les révolutions et la réforme de la médecine (1804) continuó, profundizándolas y precisándolas, las ideas fundamentales del opúsculo precedente.
Aplicando a la Medicina las ideas de Condillac, de las que se había alimentado, fue el primero en los famosos Rapports du physique et du moral de l’homme que trató de un modo metódico de las relaciones entre la psicología y la fisiología. Más tarde, en las Lettres à Fauriel sur les causes premières (publicada p´pstumamente en 1814) se modificarán sus ideas en sentido más espiritualista.
M. Lévy