Philippe Desportes

Nació en Chartres en 1546 y murió en París en 1606. Poeta oficial y cortesano, estuvo primeramente al servi­cio del obispo de Puy, quien lo llevó con­sigo a Italia.

Al ingresar en la corte, lo pro­tege Carlos IX y es compañero de diversio­nes del duque de Anjou, el futuro Enri­que III, a quien siguió a Cracovia cuando fue elevado al trono de Polonia y luego en su marcha a Francia para recoger la corona a la muerte de Carlos IX. Recibió muchos honores y prebendas del rey, que le nombró lector y secretario suyo y miembro de la Académie du Palais, donde, entre otros en­cargos, se le confió el de responder al dis­curso inaugural de Ronsard.

Durante la guerra civil figura en el partido católico, junto al duque de Joyeuse, y, muerto éste en la batalla de Coutras (1587), se retira a casa de Baíf (el fundador de la Academia). A la muerte de Enrique III, asesinado por Cavaillac, pasó a formar parte del séquito del almirante De Villars (1591-94), y luego estuvo en el de Enrique IV.

Como poeta creó sonetos, canciones, baladas, elegías y sextinas (v. Las primeras obras), de acusada inspiración italiana. Son también nota­bles sus traducciones de Lucrecio, los Sal­mos y Ariosto. No obstante rellenar sus versos con borra, según expresión de Mal- herbe, D. intentó nuevos tipos de estrofas y enriqueció las formas de los poetas de «La Pléiade».