Nació el 7 de mayo de 1840 en Votkinsk, murió el 6 de noviembre de 1893 en Petrogrado. A los años de su plácida infancia se remontan los primeros estudios teóricos y las primeras experiencias musicales, entre las que el Don Juan (v.) de Mozart dejó una huella imborrable en el ánimo del muchacho.
Desde entonces se dedicó siempre al estudio del arte, aunque, por deseo de su padre, se matriculó en la Facultad de Derecho de Petrogrado y, conseguido el título de Leyes, aceptó un empleo en el Ministerio de Justicia, en el que, sin embargo, no permaneció mucho tiempo. En efecto, en 1863 renunció al empleo para poder asistir al curso de composición en el Conservatorio.
Diplomado en 1865, fue designado al año siguiente para enseñar armonía en el Conservatorio de Moscú, donde desarrolló su actividad hasta 1877. En estos años escribió gran número de composiciones vocales, pianísticas y sinfónicas. Era de inspiración fácil y gustaba del lirismo efusivo y espontáneo, abierto a inflexiones idílicas o elegiacas de una grata cantabilidad que explica el éxito de sus obras tanto en su patria como en el extranjero.
En julio de 1877 casó con una joven de la que se separó pocos meses después de la boda. Las inquietudes y amarguras de este triste episodio trastornaron su vida interior, causando también perjuicios a su salud; atacado de una grave depresión nerviosa, abandonó entonces Rusia para recluirse en una pequeña aldea junto al lago de Ginebra.
Allí pasó un período de laboriosa tranquilidad, gracias al generoso apoyo de una rica viuda, la señora Von Meck, y pudo proseguir serenamente su trabajo de compositor que, por lo demás, no había interrumpido jamás.
En 1877 compone el Concierto para violín y orquesta (v.); comienza en 1876 el drama lírico Eugenio Onieguin (v.), que termina en el 78; en el bienio 79-80 realiza La doncella de Orléans; en 1882-83, Mazeppa. En 1885, ya restablecido, regresa a Rusia y dos años después inicia una vasta gira de conciertos por Europa y América.
A la última fase de su actividad creadora pertenecen la ópera La dama de picas (1890) y los dos «ballets» La bella durmiente del bosque (v.) y Cascanueces (v.), escritos, respectivamente, en 1890 y 1892.
Pocos días antes de morir dirigió en Moscú su Sinfonía núm. 6 (v.), más conocida con el nombre de Patética, obra de amplias proporciones pero desigual que, quizá mejor que las otras, refleja las peculiares características de estilo de Ch. y la volubilidad de su fantasía, que tendía a desperdigar los propios temas en lugar de unirlos en una visión constructiva unitaria.
V. Terenzio