Nació en Gráfenhainichen (Sajonia) en 1607, murió en Lübben (Baja Lu- sacia) el 27 de mayo de 1676. De modesta familia burguesa y provinciana, quedó pronto huérfano y fue admitido en el colegio granducal de Grimm, donde realizó estudios humanísticos; marchó después a la Universidad de Witenberg para estudiar Teología, y allí permaneció catorce años.
Sólo de lejos vio los horrores de la Guerra de los Treinta Años; pero las lamentables condiciones de Alemania no le permitieron regir una parroquia hasta 1651. Mientras tanto, había vivido lo mejor posible como preceptor; sin embargo, los primeros Himnos evangélicos (V.), que fueron impresos en una recopilación de poesías religiosas de varios autores, le habían proporcionado ya una cierta nombradla. Finalmente, en 1655 pudo casarse con la hija de un abogado berlinés y pasó algunos años tranquilos, entregado a su ministerio y a la poesía. Cuando se recrudecieron las luchas confesionales entre luteranos y calvinistas, no quiso plegarse a la política eclesiástica de su príncipe y, mostrando su integridad moral, renunció a su cargo.
Ello constituyó la mayor amargura de su vida: mientras tanto, murieron sus tres primeros hijos y sólo el cuarto (que después fue también pastor) le sobrevivió; pronto murió también la esposa de tuberculosis. Cuando en 1669 aceptó una parroquia en una aldea de la Baja Lusacia, era ya hombre acabado: rigió su cargo con dignidad; pero ya no escribió. Su temperamento idílico y suave se manifiesta también en su poesía, en la que no encontramos los tonos heroicos y austeros de la batalla luterana, sino un confiado abandono en Dios, que se resuelve de un modo musical: de aquí que sus oraciones líricas se convirtieran naturalmente en Cantos litúrgicos (v.) y ofrecieran inspiración a la música de J. S. Bach.
V. M. Villa