Paul Ernst

Nació el 7 de marzo de 1866 en Elbingerode (Harz) y murió el 17 de mayo de 1933 en St. Georgen (Estiria).

Hijo de un minero acomodado, estudió al principio Teología en las universidades de Gotinga y Tubinga, y luego Historia y Economía política en Berlín. Su contacto con el prole­tariado urbano llevóle al socialismo, del que, sin embargo, fue alejándose gradual pero resueltamente a medida que sentía crecer en sí el interés por el arte.

Dos años de relación con Holz (1897-98) dieron intensos matices naturalistas a sus primeros dramas. La insuficiencia de la poética del natura­lismo le fue revelada por el descubrimiento de los cuentos italianos de los siglos XIV y XVI: publicó traducciones de ellos (v. Cuentos italianos antiguos) y volvió siempre con predilección a este mundo del cual re­cibiera una lección de estilo.

Incluso teó­ricamente trató de proporcionar un funda­mento a su neoclasicismo, concebido como ejercicio estilístico límpido y severo, y es­cribió acerca de ello un importante ensayo, El camino hacia la forma (v.). Para confir­mar sus doctrinas compuso una serie de dramas (denominados «Stildramen») — en­tre ellos Demetrio (v.) y Brunilda (v.) —, en los que todos los problemas se hallan subordinados a las exigencias del estilo.

In­cluso su novela El camino de la felicidad (v.) manifiesta la citada aspiración a un arte clásico. Escribió con elegancia, pero un tanto frío, y permaneció encerrado en un mundo completamente ajeno a la realidad coetánea; en él destacan sólo las bellas y fantásticas descripciones de sus relatos, de los que escribió varias colecciones, entre las cuales cabe citar singularmente las Narra­ciones al estilo alemán (v.).

Pasó buena parte de sus últimos años en el campo, en la zona prealpina de Baviera, aislado por completo de la vida literaria.

V. M. Villa