Nació el 1.° de diciembre de 1766 en el gobierno de Simbirsk y murió en San Petersburgo el 22 de mayo de 1826. Realizó los estudios superiores en Moscú; pero no halló en seguida su verdadero camino, y, en la incertidumbre, establecióse en Simbirsk, donde permaneció unos dos años. Vuelto a la capital moscovita, entró en contacto con los ambientes cultos de la época y conoció a personalidades como el publicista Novikov y el poeta Dmitriev; sin embargo, tampoco esta vez pudo encontrar una ocupación satisfactoria. Poseedor de los medios para ello necesarios, resolvió entonces conocer Europa, y así, durante más de un año, o sea desde mayo de 1789 hasta septiembre de 1790, visitó Alemania, Suiza, Francia e Inglaterra, países en cuyas principales ciudades se detuvo. Una vez de nuevo en Moscú, empezó a publicar la relación de su viaje en la Revista moscovita y bajo el título Cartas de un viajero ruso (v.).
En 1792 el citado periódico fue suspendido, resolución posiblemente relacionada con la detención de Novikov, y Karamzin se retiró al campo, donde preparó algunas narraciones que revelan la influencia de la novela lacrimosa inglesa, entre ellas la celebérrima La pobre Liza (v.). En 1796 dio a la luz una antología de poetas rusos, y el año siguiente acabó otra de escritores extranjeros, de la cual la censura quitó a Cicerón, Salustio y otros clásicos. Sin embargo, precisamente por aquel entonces, entre 1796 y 1801, o sea durante el reinado de Pablo I, Karamzin fue generalmente reconocido como la figura más importante de su generación. En 1802, al iniciarse el gobierno de Alejandro I, empezó a publicar la revista El mensajero de Europa, que revelaba ya la tendencia del escritor a pasar de la literatura a la política y a los estudios históricos. Dos años después, en efecto, abandonaba cualquier otra actividad literaria para dedicarse a la preparación de la gran obra a la que su nombre quedó luego vinculado, la Historia del Estado ruso (v.), cuyos ocho primeros tomos aparecieron en 1816 y alcanzaron un éxito verdaderamente clamoroso, debido quizá, en parte, a la actitud singularmente ecléctica del historiador, que se debatía entre las aspiraciones liberales de la época y su propia fe en la tradición rusa.
Los tres últimos volúmenes de la obra fueron publicados en el curso de los años siguientes, cuando ya en Europa iban apareciendo las primeras traducciones de los tomos anteriores. A partir de 1804 la existencia de Karamzin fue monótona; son de señalar únicamente sus estrechas relaciones con el emperador, que fueron motivo de una memoria política de Karamzin de 1811 en defensa de la autocracia. El escritor falleció poco después de la muerte del soberano — que le impresionó profundamente—, mientras preparaba la edición del undécimo volumen de la Historia, que fue completado por D. N. Bludov.
E. Lo Gatto