Nació en Pistoia el 16 de noviembre de 1674 y murió en Roma el 17 de febrero de 1735. Fue inclinado a la carrera eclesiástica y graduóse en Jurisprudencia en Pisa. Llegado a Roma en 1695, la oración que leyó en San Pedro a la muerte de Inocencio XI le proporcionó una primera celebridad.
Estuvo algunos años en España con monseñor Zondadari, legado pontificio en la corte de Felipe V, y recibió honores y beneficios de Clemente XI. Perteneció a la Arcadia y reunió en su casa a los mejores ingenios de la época. Una de estas tertulias dio lugar a su obra más importante, Il Ricciardetto (v.) : al referirse cierta noche uno de los contertulios a las posibles dificultades superadas por Bemi, Pulci y Ariosto en la composición de sus versos, Forteguerri prometió a los amigos que al día siguiente les leería un canto mezcla de los estilos de aquellos tres poetas; tanto gustó el fruto de tal promesa, que su» autor compuso luego los treinta cantos de Il Ricciardetto, obra que cierra el ciclo caballeresco italiano con una carcajada.
Antes de morir quemó todos los manuscritos de la obra, que nanea pensó publicar; pero una copia entregada al cardenal Bentivoglio salvó aquel texto para la posteridad. En 1733, Clemente XII había nombrado a Forteguerri secretario de Propaganda Fide; como tal, llevó a cabo investigaciones históricas. No alcanzó, como esperaba, la birreta cardenalicia.
C. Lelj