Fue uno de los más grandes reyes del México precolombino, señor de Acolhuacán (Tezcoco o Tezcuco). Era hijo del rey de Tezcuco, Ixtlilxochitl, muerto en lucha contra el usurpador Tezozomoc, rey de los tepanecas. Netzahualcoyotl le sucedió en el trono cuando apenas tenía quince años; pero el mismo usurpador le persiguió durante algunos años. A la muerte de éste, después de varias disputas, el poder cayó en manos de otro usurpador, Maxtla, que atacó también a Netzahualcoyotl, obligándole a huir de montaña en montaña, buscando refugio junto a sus vasallos fieles, esquivando asechanzas y emboscadas. Por lo demás, su nombre de Netzahualcóyotl, que significa «la zorra hambrienta», es una clara alusión a su vida juvenil.
Encontró al fin ayuda y aliados y pudo, después de dos guerras, derrotar a Maxtla y sacrificarlo a los dioses. Así comenzó su reinado (1431, ceremonia de su solemne juramento) que duró, como creen casi todos los historiadores, hasta 1472. Muy vasta e importante fue la obra de Netzahualcoyotl en casi todos los campos, aunque su reinado no estuviera libre de guerras; bajo su mando, el Anahuac se convirtió en «la Atenas del Nuevo Mundo» (Prescott) y él fue su «Solón, su Aristides y su Pericles». Afluyeron a su Corte eruditos, artistas, científicos y literatos; instituyó una Academia que unía, a funciones políticas y administrativas, actividades literarias. Netzahualcoyotl creía en un solo Dios y construyó en Tezcuco un templo dedicado al «Dios desconocido, creador de todo». Imponente fue la renovación de la ciudad, embellecida con templos, monumentos y jardines; diques inmensos fueron construidos para defenderse de las inundaciones.
Innumerables son las anécdotas sobre su vida, aunque no todas son dignas de crédito. Tuvo también su aspecto siniestro, porque mandó asesinar a un hombre para casarse con su esposa y arrancó el corazón a sus dos hijos para propiciar la victoria. La fuente biográfica más importante es la Historia de los chichimecas, escrita, después de la conquista española, por don Fernando Alva Ixtlilxochitl, que se jactaba de ser descendiente suyo. El mismo Netzahualcoyotl fue poeta, y con el título de Cantos (v.) existe una recopilación de poesías sobre temas diversos (religiosos, morales, amorosos, históricos), probablemente apócrifos en parte, pero que reflejan una gran sensibilidad poética.
P. Raimondi