Nathaniel Parker Willis

Nació en Portland (Maine) el 20 de enero de 1806 y murió en Idlewild (junto al Hudson) el mismo día de 1867. Pertenecía a una familia puritana, frecuentó la escuela latina de Boston y Andover y se graduó en Yale en 1827. Vuelto a Boston, empezó a escribir versos y difun­dió un pequeño volumen de poesías titulado Esbozos [Sketches, 1827]. Hijo y sobrino de periodistas, fundó las revistas The Legendary (1827) y The Token (1828), que obtu­vieron una breve existencia. A los veinti­trés años publicó el primer número de The American Monthly Magazine, al que siguie­ron otros por espacio de dos años y medio. Inclinado a la galantería y a las actividades propias de los «snob», conoció un inmediato éxito en el ambiente literario y mundano de Boston. Pronto, empero, dejó de encon­trarse a gusto en los medios cerrados y conformistas de esta ciudad, y, así, dirigióse a Nueva York.

Aquí se relacionó con George Pope Morris, director del periódico The Mirror, y logró obtener un cargo de corres­ponsal en el extranjero. Marchó entonces a Europa, visitó el continente e Inglaterra, y permaneció fuera de su país durante cinco años, en el curso de los cuales reunió un vasto conjunto de impresiones de viaje y conoció a varios personajes famosos, como Disraeli, los Lamb, T. Moore, Bulwer, etc. Los artículos y la correspondencia en cues­tión, publicados en The Mirror y en otros periódicos norteamericanos e ingleses, apa­recieron posteriormente en el tomo Notas en lápiz a lo largo del camino [Pencillings by the Way, 1835]. Contrajo matrimonio con una inglesa en 1835. Por aquel entonces colaboró activamente en los diarios de In­glaterra y alcanzó un gran éxito en las tertulias mundanas de Londres; sin embar­go, las frecuentes indiscreciones de sus ar­tículos le atrajeron posteriormente críticas y antipatías, y, en consecuencia, luego de haber publicado Ideas disimuladas de la aventura [Inklings of Adventure, 1836], vol­vió a Norteamérica, donde fue acogido como uno de los escritores más apreciados y mejor retribuidos.

Ensayóse asimismo en el arte dramático mediante la composición de Blanca Visconti (1839), obra a la cual siguió el mismo año Tortesa o El usurero desafiado [Tortesa, or The Usurer Matched, 1839], producción acerca de la que E. A. Poe expresó una opinión entusiasta donde la consideraba «en mucho el mejor drama pro­cedente de la pluma de un autor norteame­ricano». Tras el paréntesis dramático, Willis, al regreso de un nuevo viaje a Inglaterra, vol­vió al periodismo. Durante un año dirigió el semanario The Corsair, y en 1840 asumió la dirección de The New Mirror. En esta fecha compuso Panorama americano [Ame­rican Scenery] y Dilaciones de viaje [Loiterings of Travel], dos libros de impresiones y apuntes, y Cartas rurales (v.). En 1845, poco después de la muerte de su esposa, marchó una vez más a Inglaterra. El mismo año fundó, junto con Morris, The Home Journal.

Entre las restantes obras de Willis cabe mencionar Personas a quienes he conocido [People I Have Met, 1850] y Apuntes diver­tidos [Fun Jottings, 1853], integradas ambas por artículos de revistas muy solicitados en Inglaterra y Norteamérica. En 1853 aban­donó el periodismo militante y se retiró a su villa de Idlewild, donde recibía a famosos literatos y, al mismo tiempo que algunos ensayos para The Home Journal, escribió Lugares y personas célebres [Famous Persons and Places, 1854] y La bolsa de trapo. Una colección de efemérides (1855, v.). Allí falleció a los sesenta y un años; Dana, Holmes, Lowell y Longfellow llevaron su fére­tro. Willis había contraído matrimonio dos veces y tenía cinco hijos. Aun cuando ac­tualmente se le haya olvidado un tanto, ocupa un lugar de primera categoría en la novela norteamericana.

La edición de las Complete Works, publicada en Nueva York (1849-59), comprende trece tomos, en los que, sin embargo, no figuran muchos de los artículos del autor aparecidos en las re­vistas. En Una fábula para los críticos [A Fable for Critics], O. W. Holmes utilizó un estilo preciso y optimista que recuerda la alegría y el espíritu de Willis en la época du­rante la cual este escritor predominaba en los medios de Broadway.

L. R. Lind