Miguel Antonio Caro,

Escritor y político colombiano. Nació en Bogotá en 1843, murió en la misma ciudad en 1909. Ha sido una de las figuras más singulares de la historia cultu­ral de su país.

Como político era conser­vador, educado en un ambiente muy cató­lico y plasmado en la escuela de los jesuitas. Fue presidente de la República de 1892 a 1898 y gobernó, según un biógrafo, más con honor que con éxito. En el campo lite­rario inició muy joven su actividad cola­borando en varios periódicos; fue propie­tario de El tradicionalista, palestra de sus ideas políticas y religiosas.

Consagró lo me­jor de su talento a las letras: traductor de la Eneida, gramático en el Tratado del participio (1870), defensor de la lengua viva en su estudio Del uso en sus relaciones con el lenguaje (1881), erudito en su Virgilio en España, agudo crítico en numerosos en­sayos en los que trató de la literatura castellana y de los más destacados escritores colombianos e hispanoamericanos.

Como la­tinista compuso, en colaboración con R. J. Cuervo, una notable Gramática latina (1867). Polemista por naturaleza, en sus juicios lite­rarios abunda la agresividad y a este espí­ritu combativo se debe, en el fondo, el rena­cimiento cultural de su país. C. fue también poeta de tendencias clasicistas, pero más que artista era un virtuoso del verso, frío y abstruso en más de una ocasión.

De todas sus composiciones, la única que alcanzó un éxito sin reservas fue A la estatua del Li­bertador. Una parte de su obra poética la escribió en latín (v. Poesías castellanas y Poesías latinas).