Nació en Ratisbona el 26 de diciembre de 1723, murió en Gotha el 19 de noviembre de 1807. Terminados los estudios en la Universidad de Leipzig, se dedicó al teatro, y en 1743 hizo representar una tragedia en cinco actos inserta en la Deutsche Schaühne de Gottsched. En 1748 entró al servicio del joven príncipe heredero de Sajonia-Gotha y lo siguió a París, donde asimiló en poco tiempo y por completo la vida y la cultura de la ciudad. Sus primeras intervenciones fueron incluso agresivas: atacó, en efecto, la ópera seria francesa en el Mercure de France con una Lettre sur «Omphale» (1751) y remachó poco después su punto de vista en ocasión de la «Querelle des bouffons», tomando partido por la música italiana (Le petit prophète de Boehmisch Broda y Lettre sur la musique française, ambas de 1753).
Convertido en amigo íntimo de J.-J. Rousseau, pronto se ganó la simpatía y estimación de los enciclopedistas, en favor de los cuales se alineó abiertamente en la confabulación holbaquiana. En 1753 fue nombrado director del Journal étranger, y al año siguiente sucedió al abate Raynal en la compilación de un boletín manuscrito y secreto, la Corres– pondaric e littéraire (v. Correspondencia), que informaba a los príncipes extranjeros acerca de las novedades de la literatura y el arte franceses. G., con la colaboración de Diderot y de otros, hizo de este boletín el órgano de los enciclopedistas cerca de los príncipes europeos, consiguiendo no sólo percibir pingües emolumentos, sino sobre todo anudar amistades ilustres y poderosas (no fue la última la de Catalina de Rusia) y alcanzar honores excepcionales (entre otros el de barón del Sacro Romano Imperio, 1773). Recorrió casi toda Europa para acrecentar y desarrollar tales vínculos: Alemania en 1769, Inglaterra en el 71, Rusia en el 73, Italia en el 75-76.
Durante sus ausencias, confiaba a amigos íntimos la redacción de su Correspondencia, que era enviada mediante abonos a los príncipes que la solicitaban; de 1753 a 1768, y de 1790- en adelante, fue su único redactor. Al estallar la Revolución, abandonó Francia (1792), y sufrió la confiscación de sus bienes, y se refugió en Rusia. Retirado a Gotha, pasó cansado y desalentado los últimos años de su vida. Sólo la Correspondencia, con la rica variedad de temas en ella desplegada, da una idea de la vivaz y genial personalidad de G., el cual supo servirse de ella como de un eficaz vehículo del enciclopedismo por toda Europa.
C. Falconi