Nació en Hanau el 4 de enero de 1785, murió en Berlín el 20 de septiembre de 1863. Quedó huérfano muy joven y pasó una difícil juventud en medio de estrecheces económicas. Después de haber estudiado en Marburgo y en París, desempeñó en su patria varios empleos en la Administración. Hizo dos viajes a París, en 1814 y 1815, para recuperar volúmenes y manuscritos sustraídos por las tropas napoleónicas. Participó en el Congreso de Viena. Nombrado bibliotecario segundo en Cassel, en 1816, permaneció allí hasta 1829, año en que pasó a Gotinga, adonde había sido llamado como profesor y bibliotecario.
Ruidosa fue su destitución, en 1837, ocurrida por la protesta que él y otros seis colegas formularon contra el golpe de estado del rey de Hannover. Vivió cuatro duros años en Cassel, junto con su hermano Wilhelm, hasta que entrambos fueron llamados a formar parte de la Academia de Ciencias de Berlín y se trasladaron a aquella ciudad. En 1848 fue elegido para el primer parlamento alemán reunido en la Paluskirche de Francfort del Main, y se adhirió al partido de la «Kleines Deutschland». G. es el fundador de la germanística y el representante más importante del método histórico en los estudios literarios. Había trabajado y estudiado con Savigny, cuyos métodos siguió; observador agudo y genial, investigador atento e infatigable, aprovechó aquella experiencia cuando tuvo, en Cassel, a su disposición mucho material en gran parte aún no examinado. Inició el estudio científico de la mitología recogiendo ejemplos de las antiguas crónicas, de los términos de los campesinos, de las fábulas transmitidas oralmente, y reunió un grupo completo de cuentos antiquísimos que él consideró nacidos de un modo espontáneo, sin intervención de poeta alguno, por la interpretación popular de fenómenos naturales.
De ahí dedujo la teoría del origen divino del lenguaje, que estudió a fondo y divulgó durante un curso en Gotinga. Impulsado por sus aficiones filológicas, reunió documentos jurídicos antiguos de todo género, publicados en Deutsche Rechtsaltertümer (1828), y ejemplos de la más antigua poesía germánica (Hildebrandslied, Wessdbrunner Gebut, Die Lieder der alten Edda, etc.). Ayudado por su hermano Wilhelm, publicó una gran gramática histórica de la lengua alemana, Gramática alemana (v.), que, junto con los Cuentos infantiles y del hogar (v.), ya publicados en vanos volúmenes, consagró su fama. Formuló una ley sobre el cambio de puesto de las consonantes y otra sobre el cambio de la cantidad de las vocales; introdujo las denominaciones de flexión débil y flexión fuerte; y publicó, en fin, una Historia de la lengua alemana [Geschichte der deutschen Sprache, 1848], todavía hoy fundamental por la precisión de las noticias y la agudeza de las observaciones.
En los últimos años de su vida, siempre ayudado por su hermano, emprendió la redacción del monumental Vocabulario alemán [Deutsches Wörterbuch], que publicó sólo en parte, y presentó nuevas ediciones de sus trabajos filológicos. La escuela crítica moderna ha invalidado sus teorías sobre el origen de los mitos y del lenguaje; pero sus métodos continúan siguiéndose y sus investigaciones todavía son fuente preciosa para el estudio de la filología germánica. Además de las obras citadas, recordemos: Pensamientos sobre el mito, la poesía y la historia (1813, v.), Sagas alemanas [Deutsche Sagen, 1816-18], Mitología alemana (1835 v.) y el Discurso sobre la vejez (1860, v.).
F. Rebuffat