Nació el 1.° de febrero de 1801 en París, donde murió el 2 de junio de 1881. De inteligencia multiforme, estudió al mismo tiempo lenguas clásicas y orientales y Medicina. Partidario de los ideales democráticos, en julio de 1830 tomó parte en la revolución contra Carlos X; luego entregóse por completo a la traducción de las Obras de Hipócrates (1839- 61) y de la Historia natural de Plinio (1848- 50). En 1838 ingresó en la «Académie des Inscriptions», que le encargó la continuación de la Historia literaria de Francia llamada «de los benedictinos» (v. Historia de la literatura francesa). Elegido miembro de la Asamblea Nacional en 1871, jamás tomó en ella la palabra; sin embargo, ocupóse activamente de los problemas políticos en la Revue positive.
Como filósofo, Littré se formó en la escuela de Comte, y después de éste, fue el representante más autorizado del positivismo, aun cuando el maestro le rechazara (1852) por su falta de adhesión a los últimos desarrollos místico-dogmáticos de su pensamiento. La amplitud científica y el extremado rigor espiritual de nuestro autor aparecen en sus numerosas obras filosóficas, que le valieron, sin embargo, acusaciones de ateísmo y materialismo por parte de sus adversarios y las ruidosas protestas del obispo de Orleáns con motivo de su ingreso en la Academia Francesa (1873); entre dichos textos cabe mencionar Analyse raisonnée du cours de philosophie positive de M. Auguste Comte (1845), Application de la philosophie positive au gouvernement des sociétés (1849) y A. Comte et la philosophie positive (1863). Lingüista de primera categoría, trabajó durante unos treinta años en el famoso Diccionario de la lengua francesa (1862-72, v.), así como en una amplia Histoire de la langue française (1862). Un afán esencialmente filológico inspiró también su traducción del Infierno de Dante a la lengua de «oil» (1879).
L. Fuá