Nació en fecha ignorada y murió en 122 a. de C. Era sobrino del emperador Wên – ti (179- 155), fundador de la dinastía de los Han anteriores (208 a. de C.-25 d. de C.). Vivió en una época de penuria, por cuanto las continuas expediciones militares de Wu-ti, que dieron gran poder a la dinastía, la agotaron, en cambio, económicamente y prepararon su decadencia. Conoció asimismo un período de restauración y sistematización de la obra confuciana, que siguió a la catástrofe de la destrucción de los clásicos (213 a. de C.). Con él, gran amante de los libros, se inició la investigación alquimista que marcó el tránsito del taoísmo puro de Lao Tzû y Chuang Tzû a las creencias más toscas de las épocas siguientes respecto de los magos y del elixir de la vida.
En la práctica, empero, no resultó precisamente un taoísta; inquieto y rebelde a su monarca, participó en una conjuración con la que pretendía usurpar el trono de Wu-ti (140-86 a. de C.) y, descubierto, hubo de suicidarse paria eludir el suplicio. Su obra, el Huai Nan Tzû (v.), expone de una manera elevada y en un estilo puro el monismo taoísta; sin embargo, habla también de todas las otras escuelas de entonces. Hijo de su tiempo, y ecléctico más bien que innovador, Liu An se refiere a las distintas ramas de la ciencia contemporánea, en lo cual estriba el gran interés histórico de esta obra.
B. Fedele