Nació en Quimper en 1876 (posiblemente el 11 de julio) y murió en Drancy el 24 de febrero de 1944. Una «amarga y dulce parodia de sí mismo y los demás» constituyó la perenne evasión de este hebreo desesperado y rebelde que creó desde su intimidad, y un día tras otro, su propia vida. Abandonada la mística Bretaña de su primera juventud, el «país de las colinas», marchó a París, donde obtuvo un modesto empleo en un almacén, el Entrepôt Voltaire. Por aquel entonces amóle una mujer, la única de su existencia. Mientras tanto, hacia 1905 trabó amistad con Apollinaire y Picasso. Siguiendo el consejo de este último — « ¡Vive como poeta!»— abandonó la citada casa comercial. Escribía, pintaba, ayunaba, y frecuentaba Montparnasse. Al mismo tiempo publicaba sus primeros volúmenes, teorizaba sobre el «poème en prose» y dedicábase, entre otras cosas, al espiritismo y a la astrología.
Vivía entonces en la rue Ravignan, en Montmartre, donde se relacionaba con los pintores cubistas y los poetas del dadaísmo. J. esperaba a su Dios. Y un buen día, el 7 de octubre de 1909, precisamente en su mísero y oscuro aposento, «ce fut Dieu qui vint». Preparado a partir de entonces para su conversión total, recibió el bautismo el 8 de febrero de 1915; Picasso actuó como padrino. Los libros de poesía que siguieron — primeramente El cubilete de los dados (v.), de 1917, y luego Le Laboratoire central (1921), Visions infernales (1924) y Les ‘pénitents en maillot rose, de 1925 (los citados son los más conocidos) —, constituyen la parte más importante de su obra. Además, fue publicando poco a poco tomos de prosa: las «meditaciones de un judío converso», en Défense de Tartufe; cuentos, en Le Roi de Béotie, y novelas y textos diversos en los tres libros dedicados a San Matorel (1909- 1911-1912, v.), en el que tanto dejó de sí mismo, y en Cabinet noir, Le terrain Bouchaballe, Filibuth ou la montre en or (1922), y Bourgeois de France et d’ailleurs (1932).
En 1921 habíase retirado a vivir a Saint-Benoit del Loira, cerca de un convento; hasta mucho más tarde no dejó aquel agradable retiro con motivo de algunos viajes al extranjero y de una breve permanencia en París. En su refugio de Saint- Benoit, el 24 de febrero de 1944, detuvieron los nazis al suave y dulce poeta para deportarle a un campo de concentración, en Drancy, donde pronto murió a causa de una pulmonía. En sus últimas páginas, aparecidas póstumas con el título Derniers poèmes en vers et en prose (1945, v. últimos poemas) el dandi que había sido, capaz como pocos otros de «épater le bourgeois»: no es ya sino una criatura humillada y ofendida, que realiza según Cristo, y sublimándola, su propia humanidad. G. Veronesi