Nació en París el 13 de enero de 1859 y murió en la misma capital el 23 de noviembre de 1944. Paléologue, que pertenecía a una familia de origen bizantino, se orientó, apenas terminados los estudios secundarios, a la carrera diplomática. Fue secretario de embajada en Tánger (1883), Roma (1885) y China (1886), y a partir de 1887 funcionario en el Quai d’Orsay. En 1899 fue designado para representar al gobierno en el Tribunal de Casación y en el Consejo de guerra de Rennes en ocasión del asunto Dreyfus. Nombrado ministro plenipotenciario, rigió de 1907 a 1912 la legación de Sofía; llamado a París, desempeñó la dirección de la oficina de asuntos políticos del Ministerio (1912-14). Embajador en Petersburgo en 1914, tomó parte activa en las negociaciones diplomáticas que precedieron al estallido del conflicto y pudo asistir a la primera fase de la revolución; vuelto a París, rigió el secretariado general de Asuntos Exteriores.
En 1921 se retiró a la vida privada. Fue escritor fecundo y elegante, refinado por su educación humanista y abierto a variadas aficiones: colaborador desde su juventud de numerosos periódicos, entre los cuales la Revue des Deux Mondes y de la Revue de Paris. Su primer volumen data de 1888 sobre L’art chinois, y de 1889 su ensayo sobre l’auvernagues, que obtuvo el premio de la Académie Française. Siguieron: Alfred de Vigny (1892), Profils de femmes (1895) y las novelas Sur les ruines (1897), Le cilice (1901), La cravache (1904), Le point d’honneur (1907). De interés: Rome. Notes d’histoire et d’art (1902), y un Essai sur Dante (1907); de notable importancia histórico-documental : La Rusia zarista durante la Gran Guerra (1921- 22, v.) y Un giro decisivo de la política europea 1903-1906 (1934, v.). Otros escritos: Le roman tragique de l’empereur Alexandre II (1923), Un grand réaliste: le comte de Cavour (1926) y Les entretiens de l’impératrice Eugénie (1928).
M. Pasquali