Matthias Claudius

Nació en Reinfeld (Holstein) el 15 de agosto de 1740 y Murió en Hamburgo el 21 de enero de 1815. Ya desde los tiempos de la Reforma todos sus ante­pasados paternos habían sido pastores protestantes.

También él empezó a estudiar Teología en la Universidad de Jena; pero, enfermo de tuberculosis, cambió de facultad y cursó Derecho y Economía. Sin embargo, en vez de ejercer una profesión jurídica prefirió dedicarse a las Letras. Luego de haber pasado cuatro años en Copenhague como secretario del conde de Holstein, tras­ladóse a Hamburgo y estableció contacto con Klopstock, Lessing y Herder.

En 1770 se le encargó en Wandsbeck, pequeña ciudad próxima a Hamburgo, la dirección de una revista local, Der Wandsbecker Bote (v.), a la que dio un acusado carácter personal y convirtió en publicación dé singular im­portancia; durante los cinco años que duró esta revista colaboraron en ella los poetas y escritores más ilustres de la época, e incluso al mismo C. le sirvió, bajo el seudónimo Asmus, para presentar sus obras: poesías, pequeños relatos, moralejas, afo­rismos y diálogos.

Casado a los treinta y dos años, halló en los afectos familiares la realización de sus ideales. Fue hombre pacífico, de temperamento burgués sin mezquindad y religioso, pero no mojigato. Llegó a ser padre de once hijos, y el fin de aquella publicación dejó en la miseria a su familia. Gracias a la interven­ción de Herder obtuvo en Darmstadt el cargo de comisario, no adecuado para él y que hubo de abandonar al encontrarse en­fermo.

Y así, volvió a residir de nuevo en Wandsbeck, saliendo adelante con la ayuda de los amigos y algunas traducciones del francés. Sus circunstancias mejoraron algo unos doce años después, al otorgársele el puesto de primer inspector de un Banco de Altona ofrecido por el Gobierno danés. Mientras tanto, los hijos iban creciendo: tres de ellos se ordenaron de pastores, la hija mayor contrajo matrimonio con un famoso librero hamburgués y la segunda con un hijo de Jacobi.

La ocupación de Wandsbeck por los franceses en 1813 obligó a toda la familia a dirigirse a Kiel, Lübeck y otros lugares; ello perjudicó la salud del poeta, que contaba ya setenta y cuatro años. Final­mente, C., debido a la necesidad de cuida­dos médicos, se estableció en la casa de su yerno, en Hamburgo, donde murió al cabo de unas semanas.

Aun cuando su existencia le permitió experimentar las consecuencias de la Revolución francesa y de las guerras napoleónicas, ninguna huella de estos acon­tecimientos aparece en su obra; por otra parte, aunque en su tiempo floreciese no sólo el gran clasicismo alemán, sino también el Romanticismo, conserva el gusto y los tonos de la generación precedente. Poeta menor, la pureza y limpidez de sus matices inducen, no obstante, a señalar algunas de sus Poesías (v.) entre las más bellas de la lírica alemana.

V. M. Villa