Poeta peruano nació en Arequipa en 1790, murió en 1815. Evaristo San Cristóval afirma que nació en 1790, según testimonio de la partida de nacimiento encontrada en la iglesia catedral de Arequipa por Alberto Bailón Landa. Hijo de español e india, estudió en el Colegio Seminario de Arequipa, pero dejó los estudios eclesiásticos y pasó a Lima a estudiar Leyes. Ya en su ciudad natal dispuesto para el ejercicio de su profesión de abogado, recibió el golpe que trastornó su vida: su amada Silvia había cedido a la oposición de sus padres y el dolor afectó gravemente la salud del ex seminarista. Probablemente, a ello se debió la excelente traducción de los Remedia amoris de Ovidio, que dejó inédita, y desde luego, su Carta a Silvia. Cuando estalla la rebelión por la independencia en Cusco (1814), el joven poeta y patriota corre a incorporarse a las fuerzas acaudilladas por el general indígena Pumacahua, con el que llega a auditor de guerra y entra en Cusco; asiste a la batalla que se dio a orillas del río Umachiri, en la que fue hecho prisionero; sometido a consejo de guerra y condenado a muerte, fue fusilado al siguiente día.
Es Melgar un poeta neoclásico en cuya obra hay, a veces, atisbos de inquietud prerromántica. Lo más interesante de su lírica hay que buscarlo en sus Yaravíes (v.), en los que continúa la tradición poética incaica. Aparte estas composiciones, debemos considerar a Melgar en otros tres aspectos: el de poeta erótico, influido principalmente por las anacreónticas que había leído; el de autor de odas, entre las que son dignas de especial mención las dedicadas a la libertad y al mar, con algunas elegías y el de fabulista, aspecto éste muy singular en las letras peruanas. Cinco son solamente las fábulas que escribió, acerca del cantero y el asno, las abejas, las cotorras en un maizal, los gallos y los pavos, y el asno cornudo. Su formación clásica, adquirida en sus tiempos del seminario, lo llevó a traducir composiciones de Ovidio y Virgilio, además de la ya citada, y no deja de influir a lo largo de su breve carrera lírica.
J. Sapiña