Escritor argentino nació en Buenos Aires en 1754, murió en 1810? Era hijo del general Manuel Juan de Lavardén Siguió estudios de Derecho y se doctoró en Chuquisaca. Se sabe que fue funcionario del virrey Pedro de Cevallos, que intervino en la organización del Real Estudio de San Carlos, donde pronunció una Oración Filosófica (1778), y que había intervenido en el inventario de los bienes urbanos y rurales de los jesuitas. Tiene su nombre interés en las letras argentinas, más que por el mérito intrínseco de los pocos trabajos que de él se conservan, por lo que significan en el comienzo del movimiento literario de su país. Aparte la Oración citada y una Sátira (1786) en la que defiende a Buenos Aires frente a Lima, nos dejó una tragedia, Siripo (v.), de la que sólo se conserva un segundo acto cuya autenticidad ofrece dudas, y una sonora Oda al Paraná, que publicó en el primer número del primer periódico argentino: el Telégrafo Mercantil.
Lavardén es en esta ocasión un poeta neoclásico que tiene muchos de los defectos y pocas de las cualidades del neoclasicismo; sin embargo, no deja de ser un lírico inspirado que interpreta poéticamente temas de la naturaleza americana; junto a las ninfas, aparecen los «caimanes recamados de verde y oro», arrastrando al río «.en el carro de nácar refulgente… de clima en clima, de región en región». Los endecasílabos son más retóricos que otra cosa, es cierto, y falta en ellos la identificación íntima del poeta con el tema que canta: pero digamos, en honor a la verdad, que esto es muy común en la poesía castellana del siglo XVIII. Lavardén se retiró en sus últimos años a la estancia «El Sauce», de la Banda Oriental.
J. Sapiña