Novelista dominicano nacido en la ciudad de Santo Domingo en 1834, murió en Puerto Rico en 1910. Uno de los más genuinos representantes de la novela histórica en su país y en Hispanoamérica. Fue un partidario decidido de la anexión de Santo Domingo a España, estuvo al servicio del presidente Santana como secretario particular, conoció después los rigores del destierro, pero pronto los acontecimientos de su país hicieron cambiar para él la situación: en 1876 era secretario de Relaciones Exteriores con el presidente Espaillat.
De 1883 a 1889 fue presidente de la Suprema Corte de Justicia. En 1891 representó a Santo Domingo en los Estados Unidos, y en 1893 fue secretario de Relaciones Exteriores con el presidente Heureaux. Formado en su país, vivió algún tiempo en Europa y estuvo en España. Hombre de espíritu liberal y europeizante, escribe su gran novela histórica Enriquillo (v.), sin preocuparse tanto del país y del paisaje como de los acontecimientos y de la fidelidad documental en la narración. De aquí que la obra que se ha calificado de la mejor novela histórica de Hispanoamérica, y que en efecto, tiene una gran jerarquía literaria, no esté debidamente ligada a la intimidad del paisaje dominicano.
Además, el autor se muestra inquieto ante la idea de que pueda ser tildado de indiófilo, a pesar de lo cual, es lo indígena lo que vive intensamente en las páginas de la novela y la llena de vigor, de verdad y de sentido histórico. Su labor periodística está dispersa, entre otros, en semanarios dominicanos: La Razón, El Oasis y El eco de la opinión, y en La España Radical de Puerto Rico. Además de un prólogo a los Escritos de Espaillat, publicó un folleto titulado El arreglo de la cuestión dominico-española (1880).
J. Sapiña