Manuel Carpio

Poeta y médico mexi­cano, nació en Cosamaloapan, antigua provin­cia de Veracruz, en 1791 y murió en la ciudad de México en 1860.

Hizo compatibles sus estudios profesionales y el ejercicio de la medicina con la lectura de los clásicos grie­gos y latinos, de los textos orientales y el cultivo de la poesía. Era esencialmente mé­dico y sólo accidentalmente fue diputado, para apresurarse a volver a la tranquilidad de su hogar y la atención de sus enfermos.

Pero dicha tranquilidad le permitía hacer versos con toda la sencillez de su espíritu, prosaicos a veces, y casi nunca contagiados de la corriente romántica de la época, de la que hay reflejos en la oda El turco (v. Poesías). No es un neoclásico al estilo de Navarrete o de Moratín, sino un continua­dor de la tradición clásica, como Pesado, frente a las innovaciones del romanticismo.

La poesía era para C. una compensación íntima, un desahogo espiritual, y no fue él quien coleccionó y publicó sus composicio­nes, sino Pesado en 1849. Amanerado, re­buscado, monótono, irregular, su falta de verdadera altura lírica se compensa con su afán de revestir su pensamiento con ropaje erudito y plasmarlo en expresiones sencillas y armónicas, lo que logra tan sólo en oca­siones aisladas, pero con acierto y brillan­tez.

Desde Napoleón en el Mar Rojo hasta las cumbres de El Popocatépetl, pasando por sus poemas de tema religioso y bíblico, C. es el médico que trata su alma con la tera­péutica de la poesía, más obsesionado por el afán de pulir sus estrofas que por la ambición lírica de escalar cumbres.

J. Sapiña