Nació en Lisboa el 2 de abril de 1822 y murió en la misma capital el 19 de septiembre de 1871. Terminados los primeros estudios, fue enviado en 1840 a la Universidad de Coimbra, pero habiendo enfermado, hubo de regresar a la capital, donde se dio a conocer en la vida literaria gracias al apoyo de Herculano (v.), que le permitió frecuentar la Biblioteca de Ajuda y dedicarse a investigaciones históricas, de las que hizo uso para sus primeras novelas Tomada de Ceuta (1840), que quedó incompleta, Rausso por homizio publicada por entregas en la Revista Universal en los años 1842-43, Odio velho nao cansa (1848). De este año es también A última corrida de touros em Salvaterra, que alcanzó mucho éxito y marcó un hito en la historia de la novela histórica portuguesa. Elegido diputado (1848), abandonó su producción narrativa para dedicarse al periodismo político.
Pero en 1852 volvió a la novela con la Mocidade de D. João V, que alcanzó gran popularidad. La Academia de Ciencias de Lisboa, de la que entró a formar parte en 1854, le encargó la dirección de la publicación del Corpo diplomático portugués. Comenzó a escribir además una historia de la Iglesia, Fastos da Igreja, que interrumpió a finales del siglo I. Aun careciendo de títulos académicos, fue elevado a la cátedra del curso superior de Letras y de Historia en 1859, a causa de sus méritos de escritor y de historiador. Compuso también una buena Historia de Portugal en los siglos XVII y XVIII (5 vols. 1860-1871, v.), una Memoria sobre a populacao e agricoltura em Portugal de 1097 a 1640 y un Compaendio de Economía política industrial e rural.
En los últimos años produjo aún algunas novelas, Lagrimas e thesouros (1863), A casa dos phantasmas (1865), etc., y dejó muchos ensayos históricos, críticos, biográficos, además de traducciones de varias lenguas. Fue elegante orador, desde 1868 par del reino, ministro de Marina y de las Posesiones de ultramar en 1869. Sus Obras completas fueron publicadas en Lisboa en 1907. En realidad R. da S. tiene más importancia para la historia de la cultura romántica que en la poesía.
L. Paranese