Nació en Florencia el 16 de agosto de 1432 y murió en Padua entre octubre y noviembre de 1484. Los tres hermanos Pulci, Bernardo (v.), Luca (v.) y Luigi, hijos de Brígida de Bardi y de lacopo, murió en 1451, se dedicaron a la literatura. De la niñez de Luigi se sabe poco: en 1459, graves desastres financieros de la familia le obligaron a ocuparse como escribiente y contable de Francesco Castellani; su hermano Luca, después de un breve aprendizaje bancario en Roma, había abierto un banco en Florencia que bien pronto lo llevó a la ruina; en 1465-66, en efecto, fueron expulsados de Florencia Luigi y Bernardo, a causa de las deudas contraídas por el hermano; pero pudieron volver a su ciudad unos meses después gracias a la intercesión del Magnífico.
Entretanto, una nueva quiebra, en 1469, había llevado a la cárcel a Luca, que murió en abril de 1470 sin haber obtenido la libertad. En este mismo año y en el siguiente, Luigi (que había estado ya en Pisa en 1467-68, quizá por encargo de Lorenzo) recibió de su príncipe algunas misiones de confianza: en Camerino cerca de Giulio Cesare da Varano y en Nápoles cerca de Alfonso; en 1472 acompañó a Roma a Clarice Orsini, esposa de Lorenzo; en 1473 estuvo en Bolonia, Milán y Venecia (quizá a fines de este año o comienzos del siguiente había contraído matrimonio con Lucrezia degli Albizzi, que le dio cuatro hijos: Roberto, Jacopo, Luca y Lorenzo). Por estos años (1474-75) se sitúa su polémica con Matteo Franco, poeta muy querido de Lorenzo, asiduo de su corte; tal vez a esta polémica y a sus disensiones con Marsilio Ficino, amigo de Franco, se debe la primera ruptura entre Pulci y Lorenzo y el paso de Luigi al servicio de Roberto Sanseve- rino, a quien acompañó en numeroros viajes.
Precisamente mientras acompañaba a su señor a Venecia, fue atacado Pulci, durante el viaje, de una enfermedad y murió en Padua; su escepticismo con respecto a las prácticas religiosas y la acusación de dedicarse a la magia así como su comportamiento despreocupado en relación con los artículos de fe (un predicador había reprobado de un modo abierto al poeta en época no precisable), determinaron que no se le hicieran funerales religiosos y su sepultura tuvo lugar en tierra no consagrada, como si fuera hereje. Poeta de inspiración insólita y feliz, nos ha dejado Pulci en su Mor- gaste (v.) uno de los más claros ejemplos de estilo cómico de la literatura renacentista, En el poema, que consta de veintiocho cantos, el autor presenta, burlescamente, en una difícil taracea erudito-popularizante, el material que le ofrecía la tradición de los poemas del ciclo carolingio. Por lo que respecta a los veintitrés primeros cantos (la obra, en efecto, fue compuesta en dos épocas, iniciada quizá en 1461, reanudada a continuación para completar los últimos cinco cantos) el poeta reelaboró el cantar anónimo del Orlando, en algunos lugares con absoluta fidelidad al texto.
La primera edición completa del Morgante es la florentina de 1483; la florentina y la veneciana de 1482 reproducen solamente los veintitrés primeros cantos. Superando viejas fórmulas, la crítica más reciente ha visto en el Morgante una aventura feliz, un puro juego en el que sentimientos, cosas y palabras se desatan en un clima de renovada comicidad, determinada por el lenguaje, ora teñido de dialectismos, ora entonado a la manera clásica, ora entregado a sugestivas inquietudes de tono sentimental. Las figuras del viejo mundo caballeresco se convierten, en manos de este autor, en inagotables pretextos, en temas de comicidad que se centran en dos personajes — Morgante y Margutte — para desenvolverse en las ^ más variadas direcciones. Pero como el límite de este arte se encuentra precisamente en la naturaleza misma del juego cómico que queda encerrado en sí mismo y se consume en fórmula, así el límite del lenguaje aparece en la absoluta falta de una reciprocidad entre el elemento popular y el erudito, en la fría estratificación de una doble experiencia lingüística y estilística.
Completan el Morgante las Cartas al Magnífico (v.), a veces agudas y estrambóticas, a menudo amargas y llenas de desilusión; Beca, la de Dicomano (v.), poemita rústico de tendencia imitativa; La justa (v.) pequeño poema en octava rima que celebraba la victoria alcanzada por Lorenzo en la justa de 1469; los sonetos de la disputa con Matteo Franco; las Patrañas (v.) y los estrambotes. Mientras La justa parece que puede atribuirse definitivamente a Pulci, es muy dudosa, en cambio, la paternidad de los estrambotes. Se discute la intervención de Pulci en el Ciriffo Calvaneo (v.), obra en parte de su hermano Luca. También se puede advertir la mano de Luigi en otro poema de Luca, El Driadeo de Amor (v.).
G. Mariani