Karl Christian Krause

Nació el 6 de mayo de 1781 en Eisenberg y murió el 27 de sep­tiembre de 1832 en Munich. Era hijo de un pastor protestante. Estudió en su pobla­ción natal y frecuentó luego los cursos de Fichte y Schelling en la Universidad de Jena. En 1802 consiguió la habilitación para la enseñanza libre, a la cual dedicóse pri­mero en tal ciudad y después en Berlín y Gotinga; su carácter difícil, empero, le cerró el acceso a la cátedra oficial, con grave perjuicio para su numerosa familia. En 1817 realizó un viaje por Alemania y Francia; estuvo asimismo en Italia. En 1830 su posición política le valió un proceso ante el tribunal de Gotinga. Krause proclamóse dis­cípulo y continuador fiel de Fichte y Schel­ling.

Sobre el fondo de su sistema, intento de conciliación del teísmo con las tenden­cias panteístas de su época, mantuvo una viva exigencia religiosa, que en todas sus obras, y particularmente en sus lecciones de Jena y Gotinga, apareció disimulada bajo los problemas idealistas. Su filosofía religiosa es, sustancialmente, un panteísmo (o, si queremos emplear un término grato a Krause, un «panenteísmo»), en el cual Dios acaba por reabsorber los «tres términos» del mundo, o sea la naturaleza, el espíritu y la humanidad, que unifica en un todo orgánico. Su historicismo culmina asimismo en un retomo del género humano a Dios cual meta última de todo progreso. En su opinión, se llega al Ser Supremo no a tra­vés del común proceso crítico e inductivo, que nuestro filósofo denomina «analítico» y «subjetivo», sino por medio de otro supe­rior, «sintético» u «objetivo», que parte de Dios mismo y da lugar al mundo.

El filó­sofo dejó muchas obras inéditas, que sólo parcialmente han visto la luz; entre las principales cabe mencionar Proyecto de un sistema de filosofía [Entwurf des Systems der Philosophie], La idea de la humani­dad [Das Urbild der Menschheit], que le valió el proceso; Sistema de ética [System der Sittenlehre] y Lecciones acerca de las verdades fundamentales de la ciencia (v.).

F. Lombardi