Nació en Turín el 25 de enero de 1726 y murió en París el 10 de abril de 1813. Fue un fecundo genio de las Matemáticas y una de las personalidades más significativas de su época. Compartió la confianza de la Ilustración en la razón humana y en su eficacia como elemento renovador de la civilización. A los dieciocho años era ya profesor de la Escuela de Artillería de Turín. Pronto entabló correspondencia con los principales matemáticos contemporáneos. Fundó la entidad que posteriormente se convertiría en la Academia de Ciencias de Turín, en 1766 ocupó el puesto de Euler en la sección de ciencias de la Academia de Berlín, a donde se trasladó en 1769, y en 1772 ingresó en la Academia de Ciencias de París.
En 1787 marchó a Francia. Estallada la Revolución, fue eximido de someterse a la orden de expulsión de los extranjeros. Presidió la comisión encargada del establecimiento del sistema decimal de pesas y medidas, y llegó a profesor de la «École Polytécnique» y de la «École Nórmale Supérieure». Durante el Imperio fue nombrado conde y senador. Entre sus obras cabe mencionar Mecánica analítica (1788, v.) y Teoría de las funciones analíticas (1797, v.). En realidad, Lagrange perteneció más bien al grupo de Newton, Leibniz, los Bernoulli y Euler que a la nueva escuela crítica de los matemáticos del siglo XIX. Además de sus importantes descubrimientos en el ámbito de la mecánica analítica, merecen ser citadas sus aportaciones al cálculo de las variaciones, sus investigaciones sobre la teoría de los números, la introducción del concepto de potencial, y la resolución de las ecuaciones indeterminadas de primer grado con dos incógnitas mediante fracciones continuas.
L. Geymonat