Joseph Kohler

Nació en, Offenburg el 9 de marzo de 1849 y murió en Berlín el 3 de agosto de 1919. Fue uno de los ingenios más ricos y proteiformes de la Alemania del siglo pasado. Jurista, ingresó en 1878 como profesor en la Universidad de Würzburg, y luego, desde 1888, enseñó en la de Berlín. Su actividad de científico estuvo orientada singularmente a las investigacio­nes sobre el Derecho comparado, y la obra que desarrolló en el campo de la filosofía del Derecho se halla vinculada no sólo a una interesante serie de estudios monográficos sino también a la famosa revista Zeitschrift für Vergleichende Rechtswissenschaft y a otras publicaciones afines fundadas y dirigidas en colaboración. Son muy cono­cidas sus obras El derecho en la evolución creadora de la cultura (1898, v.) y Proble­mas modernos del derecho (1907, v.).

Kohler, sin embargo, se hizo notar sobre todo en el ámbito de la estética, en la literatura, con dos volúmenes de poesías, una novela y varios estudio^ acerca de Dante, Petrarca y Shakespeare, en la historia social y polí­tica, en la historia del arte y en la música, a través de varios textos. Viajó mucho por el extranjero, y estuvo singularmente en Italia, país por el que sentía un gran apre­cio y donde contó con ilustres y eruditas amistades. Su aventurera tendencia faustiana se hallaba alentada por raíces humanísticas, de acuerdo con una curiosidad noblemente experimental y no muy distinta de la propia de ciertos grandes italianos del siglo XVI.

Destacó, así, por su tempera­mento animado, abierto a cualesquier mani­festación del sentimiento o de la cultura en el campo de las ciencias y las artes — durante su juventud viose atraído sobre todo por las ciencias naturales —, por su interés y su fervor humano en todas las actividades del espíritu, por su infatigable actuación de investigador y escritor, y por su múltiple y profundo conocimiento del Derecho. Esta facultad, unida a acusadas aptitudes didácticas, le permitió, durante su última estancia en Berlín, dedicarse a la enseñanza universitaria de unas diez disci­plinas jurídicas.

E. Calzavara