Nació en Hochheim (Turingia) hacia 1260 y murió posiblemente en Colonia en torno a 1327. De familia noble, ingresó muy pronto en la Orden de los dominicos, y en 1300 fue enviado a París a completar sus estudios.
Vuelto a su patria, enseñó como «magister theologiae» en el Estudio General de Colonia y alcanzó tanta fama que Bonifacio VIII le llamó a Roma en calidad de consejero en su lucha contra Felipe el Hermoso. En 1304 fue nombrado provincial de Sajonia y en 1307 vicario general de Bohemia.
Al cabo de otra estancia en París, en 1314 obtuvo grandes éxitos en Estrasburgo como predicador. Ningún acontecimiento particular presenta su vida, a excepción del proceso por herejía que le fue incoado en 1326 en Colonia y que terminó en Aviñón en 1327 con la condena de veintiocho proposiciones.
Estas vicisitudes externas reproducen un episodio no raro en el mundomedieval; sin embargo, expresan también, a modo de paradigma la crisis de una época: la interioridad y la divinización del «homo iustus» que Eckhart presentaba en una síntesis audaz del intelectualismo tomista y de las solicitaciones místicas del neoplatonismo, suponían la decisiva depreciación del «opus operatum» y, al mismo tiempo, una acusación contra la mundanalidad de las altas jerarquías eclesiásticas.
Aunque contenida en el marco del año litúrgico, la actividad que desarrolló entre los «amigos de Dios» y continuaron luego los representantes más ilustres de su escuela (Suso, Tauler, etc.), llevaba la experiencia religiosa no tanto al subjetivismo cuanto, más bien, hacia un teocentrismo intemperante.
Frente a las exigencias científicas ya presentes de su tiempo, Eckhart con sus obras (v. El libro de la consolación, Obra tripartita) representa aún las instancias perennes del espiritualismo platónico-cristiano, y sus Sermones (v.) en alemán permiten comprender todavía hoy cómo supo adaptar el lenguaje de la patria a la expresión de las profundas sugestiones de la vida interior.
G. Faggin