Nació en Angers en 1656 y murió el 24 de agosto de 1733 en París. Educado para la música como niño cantor en la catedral de su ciudad natal, comenzó ya en la adolescencia a escribir motetes. Maestro de música en Langres y en Dijon, lo encontramos en 1686 en Paris, donde hizo ejecutar el 24 de enero de 1687 un Te Deum por la curación del rey. Protegido por la delfina, se convirtió bien pronto en «Maître de musique du roi», aun sin desempeñar ningún cargo específico. El éxito de Les bergers de Marly, en el verano de 1687, hizo que Mme. de Maintenon lo escogiera para componer la música de la representación de Esther (v.), de Racine, interpretada en el instituto femenino de Saint-Cyr en los primeros meses de 1689.
Racine apreció mucho a Moreau, el cual había asimilado totalmente el espíritu de la tragedia. El éxito de Esther se renovó con la música para los Cantiques spirituels (1689) y para Athalie (1691), también de Racine, y en Jephté (1692) y Judith (1695) de Boyer, para Jonathas (1700), Absalon (1702) y Débora (1708) de Duché, todas escritas para ser representadas en Saint-Cyr, en cuyo repertorio quedaron durante todo el siglo XVIII. Pero no sólo fue Moreau el «musicien de Racine»; también escribió muchas composiciones líricas vocales, casi todas sobre textos de Lainez, y fue, sobre todo, un excepcional profesor de canto: de su escuela salieron, entre otros, Montéclair, Clérambault y Dandrieu y algunos de los más célebres cantantes franceses de la primera mitad del siglo XVIII.
C. Marinelli