Poeta y médico catalán. Nació en Valencia hacia 1401 y murió en la misma ciudad el 5 de abril de 1478. Probablemente estudió en Lérida y en París, y fue maestro en Artes y en Medicina. En 1434 era ya examinador de médicos nombrado por el Consejo de la ciudad de Valencia, cargo que ocupó en diversos períodos de su vida. Fue médico de la corte de la reina María, esposa de Alfonso el Magnánimo, y tuvo asimismo relación con éste. Hacia 1440 casó con Isabel Pellicer, mujer honesta y juiciosa y que le dio hijos. Los documentos coetáneos permiten suponer que fue persona respetada y de prestigio profesional y ciudadano. Enviudó antes de 1556, año en que una epidemia le obligó a refugiarse en el pueblo de Callosa, junto a su sobrino Baltasar Bou. Allí escribió entonces el Espejo o Libro de los consejos, o Libro de las mujeres (v.). Murió a consecuencia de una apoplejía.
Modernas investigaciones documentales han desmentido la hipótesis según la cual el Spill era en gran parte una obra autobiográfica. El libro está dividido en cuatro partes; en la primera se cuenta, siempre en primera persona, juventud, viajes y aventuras del protagonista. La mayor parte de los episodios relatados tienden a demostrar la maldad de las mujeres. El segundo libro contiene la historia de los cuatro matrimonios del protagonista, todos ellos «negros y malos», como dice él mismo. En la tercera parte, cuenta el héroe que movido por su deseo de tener descendencia, decide casarse por quinta vez con una pariente, pero ,se le aparece en sueños Salomón, quien le disuade de su propósito relatándole las perversidades de todas las mujeres, con excepción de la Virgen María. En la cuarta y última parte el protagonista explica la ordenación de su vida casi centenaria y su deseo de hacer las paces con las mujeres, para lo cual traza un ferviente elogio de Isabel Pellicer, la auténtica esposa del autor del libro.
La obra se cierra con un devoto recuerdo de la Virgen, a quien el poeta encomienda su salvación. La obra está escrita en versos (más de quince mil) de cuatro sílabas. La narración es viva y graciosa, y el tema, ya gastado en tiempo de Roig, está desarrollado con evidente originalidad. El lenguaje es pintoresco, jugoso, popular, lleno de notas realistas, a veces crudas, pero siempre con el valor del casticismo elevado a categoría literaria. De Roig dice Martín de Riquer que es «un novelista frustrado». Quizá sí, pero le queda el mérito insigne de haber sabido vencer el obstáculo que significa para un narrador la angostura del tetrasílabo. En esto radica el carácter único de esta obra maestra de la literatura catalana.