Seudónimo de Janis Plieksans, nació el 11 de septiembre de 1865 en Varslavani (Zemgale) y murió el 9 de septiembre de 1929 en Riga. Es el poeta letón más universal y una gran personalidad artística y humana. Criado en medio de comodidades en su casa paterna, pudo dedicarse libremente a los estudios y a la literatura. Después de haber asistido al Instituto en Riga (1880-83), logró la licenciatura en leyes en Petrogrado, en donde pudo tener contacto con un mundo cultural de amplio alcance. Se adhirió al movimiento progresista, entonces en boga, denominado en literatura la «Nueva Corriente». Ejerció en su patria la profesión de abogado y figuró entre los mayores exponentes del socialismo revolucionario, especialmente en 1891, cuando tomó la dirección del diario Dienas Lapa (La hoja del día). Para conocer mejor el problema social se trasladó en 1903 a Alemania y a Suiza. En la misma época conoció a Aspazija, poetisa letona, célebre ya entonces por sus dramas.
Detenido en 1897 por su actividad socialista, fue encarcelado y condenado luego a cinco años de destierro en Rusia. Aspazija se convirtió entonces en su esposa y le sirvió de gran consuelo. La libertad en 1903 le permitió una brevísima estancia en su patria; pero la represión subsiguiente al movimiento revolucionario de 1905 obligó a los dos poetas a emigrar a Suiza. Se refugiaron en el cantón del Tesino, en aquella comarca que recordó, más tarde, Rainis con tanto afecto en sus memorias. El destierro, que duró quince años, inspiró al poeta la más bella de sus obras líricas, el Diario de Dagda (v.), que es precisamente la historia de un desterrado. En el último período, después de su triunfal retorno a una Letonia libre (1920), la vida de Rainis fue extremadamente intensa: los socialistas le arrastraron de nuevo a la política; los nacionalistas lo nombraron jefe de importantes instituciones culturales; los amigos, los necesitados, le hicieron perder horas preciosas; pero Rainis, siempre activo, consiguió escribir muchos obras, dejando otras sin terminar, esbozos y fragmentos.
Rainis expresó los sueños más ardientes de su pueblo en dramas simbólicos como Fuego y noche (v.) y Caballo de oro (v.); le sedujo el destino de la humanidad en los diferentes pueblos del mundo y nacieron así ciclos completos de dramas, entre los cuales el hebraico José y sus hermanos. Cuando Rainis murió afectado por una^ crisis cardíaca en su villa de las cercanías de Riga, el pueblo, unánime en el duelo, le dio gloriosa sepultura y consagró a su memoria el monumental cementerio de la capital letona.
M. Rasupe