Es el autor de la Sátira de los filósofos paganos (v.); acerca de él —posiblemente, en parte, porque dicha obra no es citada por ningún escritor cristiano — nada más sabemos. Puede haber vivido entre los siglos II y VI, y más probablemente (por razones sacadas del mismo texto) del II al III. Su identificación con Hermias Sozomeno (v.) o con el homónimo recordado por Filastrio de Brescia y San Agustín se halla en la actualidad casi rechazada. Más que filósofo, los breves capítulos de su obra revelan un hábil retórico, de estilo muy animado y rebosante de ironía sin caer nunca en lo grotesco; para ello, en efecto, se contenta con poner de manifiesto las contradicciones de los diversos filósofos sin afrontar, empero, el análisis interno de los respectivos sistemas.
En el fondo, su crítica resulta negativa y presenta un espíritu afín al de Luciano; es, por lo tanto, susceptible de ser vinculada hasta cierto punto, y siempre en el mundo pagano, al escepticismo de un Sexto Empírico, el cual, precisamente a fines del siglo II, insistía de una manera concreta en la discordancia de los sistemas filosóficos. Sea como fuere, H. sólo posee de éstos un conocimiento superficial, procedente de compendios, y su actitud escéptica en relación con los filósofos no es sino un aspecto de su fe cristiana.
C. Falconi